Por Sebastián Fest
Desde París

Mariano Puerta ganó el partido de su vida para avanzar a las semifinales de Roland Garros, donde lo esperará mañana el ruso Nicolai Davydenko, que puso fin a la serie de victorias del español Tommy Robredo. “¡No entiendo nada!”, decía superado por la felicidad Puerta, 37 del ranking mundial, tras derrotar 6-2, 3-6, 1-6, 6-3, 6-4 en tres horas y 35 minutos a su compatriota Guillermo Cañas, décimo del mundo.
Las semifinales del Abierto de Francia son la mejor actuación en la carrera del argentino, hundido hace menos de un año más allá del puesto 500 del ranking mundial tras una suspensión de nueve meses por doping.
“Este es un momento muy especial”, confesó feliz. Con su actuación se garantiza ser el lunes próximo el número 18 del mundo, su mejor posición en el ranking. Si avanza a la final, será undécimo.
Puerta elogió al público francés, tras un partido jugado en un estadio central cuyas 15.000 plazas estuvieron ocupadas sólo en un 60 por ciento. “Fue un partido muy emotivo, al final la gente jugó un papel muy importante porque se involucró mucho en el partido. Es mi primera vez en este estadio, es una experiencia inolvidable”, destacó, sin olvidarse de elogiar a su rival. “Aparte de ser un amigo, Guillermo es un excelente jugador, y creo que es el que mejor defiende en el mundo.”
Cañas, con la tristeza reflejada en el rostro, admitió los méritos de Puerta. “¿Qué cambiaría de este partido? ¡A Puerta!”, dijo, desatando las risas de sus interlocutores. Cañas será desde el lunes el número ocho del mundo –su mejor ranking– y número uno de la Argentina.
Puerta abrió el partido con una intensidad y un control total, que permitían avizorar un triunfo sin complicaciones. Pero Cañas, fiel a su característica de luchador, dio vuelta las cosas, hasta situarse en posición de ganar el choque.
Fue entonces que Puerta renació, ajustó sus golpes y desgastó a Cañas moviéndolo incesantemente de un sector a otro de la cancha y combinando decenas de “drop-shots” que fueron minando la resistencia física de Cañas.
“Estoy tan cansado que no tengo sentimientos”, sorprendió Davydenko, número doce del ranking mundial, luego del 3-6, 6-1, 6-2, 4-6 y 6-4 sobre Robredo en la cancha central para ubicarse, al igual que Puerta, por primera vez en su carrera en la antesala de una final de Grand Slam.
Campeón en Sankt Pölten hace once días, Davydenko está protagonizando una gran temporada 2005 hasta el momento. El ruso, que cumplirá hoy 24 años, mostró un juego con escasas fisuras, y sobre todo más contundencia y velocidad que su rival, número 16 del mundo, al que por momentos se vio un tanto superado por la presión.
Roland Garros les dará una pausa hoy a los hombres y cederá el protagonismo a las mujeres. La francesa Mary Pierce y la belga Justine Henin-Hardenne intentarán recorrer un camino que ya transitaron en el pasado –el que las llevó al título– y del que parecían muy lejos a comienzos de temporada. Henin abrirá el día ante la rusa Nadia Petrova, y Pierce, apoyada por más de 15.000 espectadores, intentará llegar por tercera vez a la final en el que es “su” torneo.