DEPORTES
› SAN ANTONIO VENCIO 84-69 A DETROIT COMO LOCAL
Spurs metió la primera mano
El campeón del Oeste se impuso con una gran labor de Manu Ginóbili en el segundo tiempo y se puso 1-0 en la serie final de la NBA.
Con un gran segundo tiempo de Emanuel Ginóbili, que metió 22 puntos en ese parcial y 26 en total, San Antonio Spurs derrotó 84-69 a Detroit Pistons y se colocó 1-0 en la serie final de la NBA, que seguirá el domingo, nuevamente en el SBC Center de San Antonio. La planilla del bahiense se completó con 26 puntos (con 8-12 dobles, 2-4 triples y 4-4 simples), 9 rebotes, 2 asistencias, 1 robos y 4 pérdidas en 39 minutos del juego. En las últimas 19 finales, el ganador del primer juego de la serie se impuso en 15 ocasiones. De ahí la importancia de esta victoria, con Manu como estrella.
El arranque del encuentro mostró la excelente defensa de Detroit y la impotencia de San Antonio para atacarla. Con esa característica, el equipo visitante, con los tantos de Chauncey Billups y Tayshaun Prince, logró sacar 12 de ventaja (19-7) ante la confusión de los locales, que sumaban más pérdidas que puntos. Para colmo, el francés Tony Parker abusaba de las maniobras individuales, sin demasiado éxito.
Ginóbili no escapaba a esa realidad, ya que en ese primer pasaje acumulaba dos pelotas entregadas y un triple fallado. En cambio, una mejoría defensiva, algo más de efectividad en ataque y la hegemonía en los tableros de Tim Duncan sirvió para que San Antonio consiguiera recortar la ventaja, con un buen aporte de Ginóbili, que colaboró con cuatro puntos, un rebote y provocó dos faltas de ataque.
A esa altura, el juego era tal cual lo habían previsto todos los analistas y protagonistas, con muchísima intensidad defensiva y muy poca eficacia en ataque, aunque ambos entrenadores utilizaron más de lo que lo venían haciendo a sus suplentes. Y si bien era parejo, el desarrollo se acomodaba más a lo que quería Detroit que a lo que pretendía el conjunto de Popovich. Una muestra: salvo en el 2-0 inicial, los Spurs nunca más pudieron llevar la delantera durante todo el primer tiempo.
Para el argentino, el acceso al aro estaba casi prohibido, con sólo un acierto en seis intentos en el primer tiempo, pero su aporte resultaba igualmente valioso en rebotes, asistencias, robos y energía para pelear cada pelota dividida. No brillaba, ni mucho menos, pero colaboraba para la causa. Claro que lo mejor en ataque se lo tenía reservado para el segundo tiempo.
El peso de Duncan en el partido fue la principal causa para que, de a poco, San Antonio pasara a comandar las acciones, más allá de algunas decisiones equivocadas de Parker. Es que por más que no pesaba tanto Billups, la defensa de los Pistons seguía siendo muy eficaz y servía para que los Spurs no pudieran escaparse. Un ráfaga de Ginóbili (siete puntos en el parcial) determinó que San Antonio llegara al último cuarto con ventaja. Y como la racha del bahiense se extendió en el arranque, con tres penetraciones con su sello entre todos los Pistons, San Antonio sacó doce puntos muy rápidos para liquidar el partido. Ya no hubo espacio para la defensa ni la reacción de Detroit, pero si para que Manu completara el show.
Subnotas