El futuro de Juan Román Riquelme en el Villarreal parecía un hecho. El entrenador del Barcelona, el holandés Frank Rijkaard, que no lo tiene en sus planes, lo había cedido a préstamo hace ya dos temporadas y no dio ningún guiño alentando un regreso. Hasta ahí todo claro. Pero apareció el Atlético de Madrid, que contrató nada menos que a Carlos Bianchi para la próxima temporada, quien a su vez anunció que a Riquelme le interesaba jugar ahí mismo, y se armó flor de novela. El Atlético deslizó ayer que suspendía todas sus contrataciones hasta no adquirir el pase de Riquelme; Villarreal informó que había comprado al volante; y Barcelona, ni lerdo ni perezoso, dijo que “por ahora sólo existe un principio de acuerdo” con el Villarreal, que todavía deberá pasar por “diversas mesas de negociación”.
Lo único seguro para Riquelme, que brilló frente a Brasil en el Monumental, es que en España todos se acordaron de que tenían asuntos pendientes con él y que su futuro se decidirá tan pronto como sea posible, se estima la próxima semana. “Hemos contratado a uno de los mejores jugadores del mundo. Lo ha demostrado aquí estas dos últimas temporadas, y ayer ante Brasil fue el mejor jugador ante el mejor equipo del mundo. Estoy seguro de que hará grande al Villarreal”, dijo Fernando Roig, presidente de esa entidad, que según se informó pagaría 7 millones de euros por el 80 por ciento del pase (Barcelona se lo compró a Boca por unos 12,5 millones), más otros 3 millones en caso de que Villarreal obtenga algún logro deportivo, como volver a clasificar a la Champions League.
Pero los cuatro años de contrato, con uno más de extensión, con los que soñaba Villarreal, aún no están firmes. Desde Barcelona, enojados por las precipitadas declaraciones de Roig, pusieron paños fríos sobre el asunto, aunque admitieron una pronta resolución. En Barcelona interesa sacar mayor provecho de la revalorización de Riquelme, que subió algunos escalones debido al interés que sumó el Atlético. Si bien los catalanes preferirían negociar con Villarreal, y no entablar negocios con los madridistas, que atraviesan ciertas dificultades económicas, una reconocida debilidad por el delantero e ídolo del Atlético, Fernando “Niño” Torres, podría acercar posiciones: más precisamente, propiciar un cambio por Riquelme y Saviola, cuyos pases pertenecen ciento por ciento a Barcelona.
Hay un dato que Barcelona no podrá pasar por alto: la decisión del propio jugador, ya que sin su firma no hay transferencia. Bianchi tiró un bombazo en su presentación, dijo que a Riquelme le gustaría jugar en el Atlético. Ambos se conocen, se estiman y son de pocas palabras.