El sprinter jamaiquino Asafa Powell fijó en Atenas un nuevo record mundial de los 100 metros, la prueba reina del atletismo, al correr esa distancia en 9 segundos y 77 centésimas. “Sabía que podía quebrar el record”, afirmó Powell, de 22 años, quien mejoró en una centésima la anterior plusmarca, en poder del estadounidense Tim Montgomery.
“Es asombroso que después de Maurice Greene también yo haya podido conseguir un record mundial en este estadio”, agregó Powell, que ganó la final del Super Grand Prix en el estadio Olímpico de Atenas, el mismo lugar donde Greene en 1999 fijara el record. Montgomery era poseedor del record en la disciplina desde el 14 de septiembre de 2002, cuando marcó 9s78 en París, como remate de un largo plan sistemático de doping, según las investigaciones de la Agencia Estadounidense Andidoping (Usada).
“Sabía que podía hacerlo. Es muy agradable saberse el hombre más rápido del mundo”, dijo Powell. A la pregunta de cuál es su límite, Powell se limitó a decir: “Quién sabe, 9 con algo”.
Powell venía anunciando el nuevo record desde que empezó la presente temporada al aire libre con sus marcas de 9s84 –tercera de todos los tiempos– y de 9s85 bajo la lluvia en Ostrava. El jamaiquino necesitaba sacarse la espina de su decepcionante quinto puesto en la final olímpica de Atenas y de su descalificación, un año antes, por salida falsa en los cuartos de final de los Mundiales de París.
El año olímpico prometía algo grande para Powell, porque los grandes atletas norteamericanos competían con el lastre psicológico del escándalo que estalló en los Estados Unidos por el uso de productos que producían doping elaborados en los laboratorios Balco, los mismos que encumbraron por métodos químicos a Montgomery, el compañero de Marion Jones. Pero no logró siquiera una medalla en los 100 metros.