De repente, de la gente bajó el inconfundible “Maradó, Maradó”. Pero no era ninguna tribuna, sino un recinto como el Salón Azul en el edificio del Congreso Nacional. Diego Armando Maradona fue galardonado ayer por el Senado con el premio Senador Domingo Faustino Sarmiento, en un homenaje que convocó a una multitud. Maradona estuvo acompañado en el acto por sus hijas, Dalma y Giannina, su ex esposa Claudia Villafañe, sus padres y hermanos. Diego ingresó al Salón Azul a través del Salón Eva Perón, debido a que el lugar donde habitualmente se realizan homenajes estaba colmado, y algunos de los asistentes ya se habían subido a los mármoles salientes de las paredes para observar la ceremonia.
El ex futbolista llamó también la atención de la mayoría de los senadores presentes en el palacio y fue recibido por el vicepresidente de la Nación, Daniel Scioli, quien lo acompañó al encuentro de varios legisladores y del ministro de Justicia, Horacio Rosatti, que lo aguardaban a la entrada del Salón Azul.
Además se vio al diputado Antonio Rattín (Buenos Aires-Paufe), así como al legendario Tula, ex jefe de la barra brava de Central y habitual bombista del Partido Justicialista. Senadores y diputados, junto con varios curiosos, se abalanzaron sobre Maradona tratando de sacarse fotos con él, acercarle niños para que los besara o camisetas de Boca para que las firmara.
Mientras lo halagaban con el clásico “Maradó..., Maradó...”, éste agradeció “a todas las provincias argentinas” que le habían hecho ese homenaje. “Esto es como la cancha de Boca”, dijo Maradona cuando fue interrumpido por las expresiones de júbilo de la multitud, tras lo cual siguió agradeciendo a “Dalma, a Giannina, a Claudia. A mis viejos y a mis hermanos. A todos los que estuvieron al lado mío para que yo esté hoy así”. Además, dijo que, “a pesar de los muchos problemas que existen”, sigue creyendo “en la bandera nacional”. Y continuó agradeciendo “a todos los argentinos” por el amor que le brindan.