Sáb 26.11.2005

DEPORTES  › FALLECIO GEORGE BEST, UNA LEYENDA DEL FUTBOL

Ultimo adiós al quinto beatle

El crack norirlandés murió por una infección asociada a su alcoholismo. Fue una figura en los sesenta y se lo comparó con Pelé o Diego.

El norirlandés George Best, una de las máximas leyendas del fútbol mundial, a la altura de grandes como Diego Maradona, Pelé, Alfredo Di Stéfano y Johan Cruyff, falleció ayer en un hospital londinense, a los 59 años, víctima de una infección pulmonar asociada a los achaques que acarreaba por su grave adicción al alcohol. Recordado por su excelente técnica, por su melena y aspecto informal que le valió el mote de “el quinto beatle”, por sus fastuosas salidas nocturnas que lo convirtieron en prototipo de sex symbol y por repetidos escándalos, el ex delantero y crack del Manchester United solía explicar los avatares de su vida con frases como ésta: “He gastado mucho dinero en bebidas, mujeres bonitas y automóviles veloces. El resto lo derroché”.
Nacido en la ciudad de Belfast, en 1946, Best no tardó en demostrar su talento natural con la pelota, al punto de deslumbrar a Bob Bishop, uno de los principales cazadores de talentos del Manchester United, donde el norirlandés recaló para debutar en la Primera con apenas 17 años. En el equipo rojo, Best ganó los torneos de Premier League de 1965 y ’67, y la Copa de Europa de 1968 ante el Benfica, que le valió el reconocimiento como mejor futbolista del Viejo Continente. En ese año, precisamente, Best integró la formación del Manchester que perdió el duelo a ida y vuelta frente al Estudiantes de Osvaldo Zubeldía, 1-1 en Old Trafford y 1-0 en La Plata, por la Copa Intercontinental.
En aquel equipo inglés, Best compartió cartel con figuras como Stepney, Foulkes, Nobby Stiles, Burns y Bobby Charlton. El actual dirigente del Manchester lamentó ayer la muerte del ídolo, al que consideró como “un gigante que hizo un aporte enorme al fútbol e hizo feliz a quien lo vio jugar”. Por su parte, el actual entrenador del equipo inglés, Alex Ferguson, comentó: “Algunas personas nacen con una habilidad especial y dejan una marca imborrable. Además de su talento, recuerdo su coraje”.
Después de once años en el Manchester, donde jugó 474 encuentros y marcó 180 goles, acorralado por los escándalos y el alcoholismo, Best decidió proseguir su carrera deportiva en equipos pequeños de ligas menores entre 1974 y 1983. Además, Best disputó 37 partidos con la selección de Irlanda del Norte, aunque no participó de ningún mundial.
Por sus problemas con el alcohol, que lo obligaron a un trasplante de hígado en el 2000, su médico personal, Roger Williams, llegó incluso a pedir a los bares británicos que no le sirvieran más bebidas al jugador.

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