Diego Maradona protagonizó un extraño episodio ayer por la mañana, en el aeropuerto internacional de Río de Janeiro, en Brasil, tras haber perdido el avión que iba a traerlo de regreso al país. El astro permaneció demorado por tres horas en la estación aérea y recién por la tarde pudo emprender el retorno a Buenos Aires. El astro fue acusado de provocar destrozos en el sector VIP del aeropuerto, molesto porque empleados de la empresa TAM no lo dejaron tomar el vuelo de las 7, presumiblemente por una demora ocasionada en la tienda libre de impuestos de la estación.
“Fue una cosa increíble, insólita. Llegamos al aeropuerto con Diego, hicimos los trámites por el pasaje, hicimos unas compras en el freeshop, nos acercamos para subir al avión y nos cerraron la puerta en la cara cuando íbamos a entrar”, explicó Alejandro Mancuso, el ex futbolista de Boca con contactos en Brasil que en los últimos tiempos se transformó en una especie de asistente de Maradona.
Maradona dio su versión cuando volvió a la Argentina, en un hotel céntrico. “Esto no es un problema con los brasileños: boludos hay en todo el mundo y Brasil no es la excepción”, reflexionó. “Estábamos sentados en el aeropuerto después de haber perdido el avión, cuando se nos acercaron siete policías. Nos acusaron de hacer destrozos y uno me puso el revólver en el cuello –contó–. Nos querían revisar para ver si llevábamos armas, pero ya habíamos pasado por el detector de metales. Cuando me cansé y no me bajaban el arma, tengo que reconocer que le dije: ‘Tirá, puto, tirá, pegame acá en la cabeza que vas a ser famoso’.”
Al enterarse del inconveniente, el cónsul argentino en Río de Janeiro, Jorge Molina, se trasladó al aeropuerto junto a un abogado para asistir legalmente a Maradona, quien el miércoles por la noche había participado de un partido a beneficio organizado por el ex astro brasileño Zico. El partido, para recaudar alimentos para niños carenciados, se jugó ante 20.000 personas entre las Estrellas de Brasil, con ex jugadores de la selección auriverde, y Amigos de Zico, para el que jugó Maradona, la estrella de la noche. El partido terminó empatado 4-4. “Maradona y Zico son geniales y formaron un medio campo increíble”, opinó el entrenador de la Selección de Brasil, Carlos Alberto Parreira, presente en el encuentro. “Yo no podría haber abandonado el fútbol sin intercambiar dos pases con Maradona. Ahora, puedo morirme feliz”, festejó Zico.
“El enojo (de Maradona) fue algo lógico y espontáneo. Nos cerraron la puerta en la cara, pedimos explicaciones y enseguida llamaron a la policía”, describió Mancuso. “Los policías llegaron armados y lo apuntaron. En ese momento, Diego se puso como loco y automáticamente nos llevaron a tomar declaraciones.”
Según la prensa brasileña, el astro fue acusado de desacato contra las autoridades locales y permaneció detenido junto a Mancuso hasta alrededor de las 10.30 en una dependencia policial ubicada en la misma estación aérea. Allí prestó declaración por el episodio. En una nota, la policía informó que Maradona y sus acompañantes estaban “extremadamente exaltados”. Se les permitió partir en un avión de Aerolíneas Argentinas tras haber asumido el compromiso de pagar por los destrozos causados en una de las salas de embarque.