DEPORTES › PARA LA VICTORIA 2-1 DE INDEPENDIENTE SOBRE RIVER
Marcó dos golazos para dar vuelta el encuentro y se transformó en la estrella del mejor partido del Pentagonal de Verano gracias a su actuación deslumbrante. Lo de River fue pálido.
Toda una paradoja: las expectativas de la noche marplatense estaban puestas en River, sumergido en la crisis, con el interino Jorge Ghiso en el banco, el flamante DT Daniel Passarella en la platea y los hinchas cantándoles a los jugadores “Borombombón//Merlo es de River//ustedes no”. Pero la noche no le estaba reservada al equipo de la banda roja sino al duende de Independiente. Al pibe Sergio Agüero.
Porque parecía que la suerte le sonreía esta vez a River con un gol tempranero y de carambola, cuando después de un corner y una serie de rechazos en el área de Ustari, Biglia rechazó, la pelota pegó en el cuerpo de Loeschbor, en la cabeza de Biglia, pasó por sobre la cabeza del arquero y se estampó en la red.
Fue un espejismo. Al rato, cuando Agüero se supo juntar con Armenteros y Bustos Montoya, quedó claro que Independiente era más que River.
De la mano de Agüero lo tuvo Bustos Montoya a los 17’, con un zurdazo cruzado, cuando el equipo de Falcioni ya merecía el empate. Igualdad que coronó el mismo Agüero, cuando tras una combinación con el otro delantero le pegó desde afuera del área con la cara interna del botín derecho, al segundo palo, superando la estirada de Lux. Una joyita.
Era obvio que, sosteniendo el ritmo, Independiente podía ganarlo. Otra avivada del pibe derivó en una doble amarilla para Rojas que dejó a River con uno menos. Lux debió esforzarse para sacar al corner un tiro rasante de Biglia y para contener un disparo bajo de Agüero. Pero la estrella de la noche, aún no recuperado de un golpe que casi lo dejó fuera del partido, capturó la pelota en tres cuartos, frenó, amagó, dejó en el camino a cuatro rivales (Ahumada, Loeschbor, Gerlo y Alvarez) y cuando salía Lux la puso, de zurda, entre el arquero y el primer palo. Lo aplaudió todo el estadio, incluido el banco de River...
Hizo algunas de las suyas en un segundo de tiempo, que estuvo de más, y fue ovacionado cuando lo reemplazaron: hasta Passarella eligió irse del estadio.
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