DEPORTES › SE IMPUSO 2-0 ANTE ORIENTE PETROLERO EN BOLIVIA
El conjunto de Passarella, que terminó con diez hombres por la expulsión de Domínguez, no tuvo inconvenientes para derrotar al equipo local, que encima lo ayudó con un gol en contra.
Con un golazo del volante colombiano Juan Carlos Toja y un tanto en contra del defensor boliviano Doyle Vaca, River derrotó cómodamente a Oriente Petrolero y se metió de lleno en la Copa Libertadores, el principal objetivo del conjunto de Daniel Passarella para este primer semestre del año.
River se mostró tranquilo desde el arranque, con la seguridad de quien sabe que sólo una tragedia podía sacarle lo que había ganado en buena ley, con su goleada en el Monumental (6-0): el derecho a formar parte del Grupo 8 de la Copa. Por eso el equipo de Passarella no salió a buscar el encuentro desesperadamente, sino más bien intentó transitarlo con comodidad, a la espera de sus chances.
La primera clara la tuvo el colombiano Toja, luego de una buena habilitación de Figueroa, de cabeza, que el volante empalmó con un remate cruzado que pasó cerca del palo izquierdo del arquero Galarza. Fue distinta la actitud del equipo boliviano, que pareció ser una versión mejorada con respecto a la que se había mostrado en Buenos Aires. Esta vez generó varias situaciones de gol, que no fueron gracias a una excelente labor del arquero Carrizo y a las reiteradas fallas en definición de sus delanteros Palavecini y Astudillo.
Sin embargo, fue River el que abrió la cuenta con un espectacular zurdazo cruzado de Toja, tras bajar una pelota dividida en la puerta del área del conjunto local. No tardó en llegar la réplica de Oriente Petrolero: primero lo tuvo Astudillo, pero Carrizo le contuvo el disparo, después lo tuvo Vaca, en jugada de tiro libre, pero entre Carrizo y el palo le dijeron no.
La suerte no acompañó a Vaca en la jugada siguiente, cuando al intentar pasarle la pelota a su arquero, lo agarró mal parado y terminó anotando para el 2-0. Con esa ventaja, River regulaba esfuerzos y eso le permitía a los locales ganar algo de terreno y llevar complicaciones al arco de Carrizo. Por eso en el último cuarto de hora de la primera parte, los bolivianos contaron con tres oportunidades clarísimas de gol, que increíblemente no prosperaron. Un derechazo de Astudillo terminó en las manos de Carrizo y otro lo desvió el arquero al tiro de esquina; después llegó el turno de Palavecini, cuyo remate desde el punto de penal se fue por arriba del travesaño.
En el complementario, se vio poco fútbol. Para los visitantes el asunto parecía un trámite y para los locales, también. Salvo en los minutos en los que por unos incidentes en las tribunas el juego se volvió algo brusco, con algunos tumultos entre los jugadores, la intensidad del encuentro fue de mayor a menor. Ni siquiera había inquietado a River la expulsión, en el minuto 53, de Federico Domínguez, por doble amonestación. River parecía estar pensando ya en otra cosa, quizá en el partido con Banfield.
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