DEPORTES › EL CASO DEL VICE DE LA FIFA QUE ECHARON DEL MUNDIAL
A Ismail Bhamjee, un dirigente de Botswana, lo pescaron revendiendo tickets para partidos de Inglaterra. Pero todavía no lo echaron de la FIFA. Integra el Comité de Finanzas que preside Julio Grondona.
› Por Pablo Vignone
En el ranking de la FIFA, el fútbol de Botswana está ubicado en el 103º lugar, un puesto por debajo de Bolivia, considerado tras las pasadas Eliminatorias como el peor exponente del fútbol sudamericano. Aun así, Bolivia no tiene un representante en la FIFA y sí lo tiene el pequeño país africano de 600 mil kilómetros cuadrados y menos de 2 millones de habitantes, cuya selección, a diferencia de la boliviana, jamás jugó un mundial. Ismail Bhamjee, un analista de sistemas nacido hace 62 años en Botswana, no sólo es miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA, a la que llegó en 1998, el año en que Joseph Blatter fue consagrado presidente con la ayuda de los votos africanos, sino también integrante del Comité de Finanzas de la multinacional del fútbol, comité que preside Julio Grondona y cuyo vicepresidente es el triniteño Jack Warner. Si los popes de la FIFA le hicieron un favor nominándolo para cargos tan magnos con tan pocos pergaminos deportivos, el dirigente no devolvió la confianza sino en forma escandalosa, revendiendo entradas del Mundial que le habían sido asignadas por la FIFA, en una desvergonzada historia de corrupción descubierta por el periódico británico Mail on Sunday. Es el segundo escándalo que salpica a un miembro del Comité de Finanzas en seis meses, desde el desatado por Warner y descubierto en enero pasado.
Los miembros del Comité Ejecutivo, que cobran un estipendio anual de la FIFA estimado en 100 mil dólares y que durante la Copa del Mundo reciben un viático diario de aproximadamente 500 euros, pueden comprar entradas para el Mundial a precio nominal para distribuir entre amigos y familiares, pero no están autorizados a revenderlas, que fue exactamente lo que Bhamjee hizo. “Estaba tratando de ayudar a alguien más –dijo en su torpe defensa–. Lo lamento mucho, voy a donar el doble de dinero a obras de caridad.” El Comité de Emergencia de la FIFA le ordenó abandonar el Mundial. “Dejó Alemania la noche del domingo”, confirmó Markus Siegler, director de comunicación de la FIFA.
Inglaterra y Trinidad y Tobago jugaron en Nuremberg el jueves pasado. La mayoría de los 100 mil fanáticos ingleses que se desplazaron hasta Alemania no contaba con tickets: la FIFA sólo puso a la venta, a través de la Federación inglesa, unas 14 mil entradas para los tres partidos del equipo británico en el Grupo B, y por esa razón se pagaban hasta 1000 euros en la reventa por una entrada de 100 euros.
Según el Mail on Sunday, un grupito de hinchas discutía en un restaurante hindú en Francfort estos y otros temas, cuando surgió la duda sobre la sede del Mundial 2014. Entonces se oyó una voz detrás de ellos:
–Se organizará en Brasil.
–¿Cómo lo sabe?
–Porque yo soy la FIFA.
Bhamjee se presentó como “Ismail” y cuando los hinchas le preguntaron si tenía entradas para vender, su respuesta fue inmediata.
–No hay problema.
La negociación siguió luego por teléfono, Bhamjee afirmó que las entradas eran de un amigo suyo que pedía 300 euros por cada una. Lo que no sabía era que uno de los hinchas que querían entradas era un reportero del periódico británico.
La transacción se hizo en la habitación de hotel del dirigente africano. Por las 12 entradas, que le habían costado 1200 euros, embolsó 3600 en efectivo: un beneficio del 200 por ciento.
–Son los mejores asientos de todo el estadio –dijo Bhamjee–. No van a necesitar mostrar sus pasaportes para entrar, sólo digan que le compraron las entradas a la FIFA.
–¿Nos puede conseguir 20 entradas para Inglaterra-Suecia? –insistió el reportero.
–Sí, no hay problema, pero ésas valen 600 euros cada una.
El viernes 16, el mismo día en que Argentina goleó 6-0 a Serbia y Montenegro, Bhamjee había “subido” el precio de las entradas a 1000 euros cada una. Finalmente, el trato fue el siguiente: 16 entradas a cambio de 8400 euros.
–Nos hablamos el fin de semana –afirmó el dirigente, ya cebado. Pero el siguiente llamado que recibió fue uno de la FIFA. El sábado se reveló el escándalo.
Bhamjee escribió una carta pidiendo clemencia. “Mi período termina dentro de un año. Tengo que seguir un año más. Si no, podría perder mi pensión”, admitió al Mail on Sunday. Acaso porque la familia siempre protege a sus miembros, la FIFA anunció que no tiene poder para remover al dirigente de su puesto si no lo hace la Confederación Africana.
El Comité de Finanzas de la FIFA tiene seis integrantes, de los cuales dos se involucraron en la venta ilegal de entradas del Mundial en lo que va del año: además de Bhamjee, en enero pasado se reveló que las entradas que la FIFA cedió a la Federación de Trinidad y Tobago eran comercializadas en el país caribeño únicamente por una agencia de viajes que era propiedad de la mujer y el hijo de Jack Warner, el vice del Comité. Al periodista triniteño Lasana Liburd, que descubrió la tramoya, Warner le negó su acreditación para el Mundial; luego debió dar marcha atrás. En la Argentina, las entradas se vendieron a través de Rotamund, la agencia oficial de la AFA desde la década del ‘60. Julio Grondona sólo es presidente de la AFA desde 1979.
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