La FIFA ya no habla del caso Bhamjee, el integrante del Comité de Finanzas de la FIFA que preside Julio Grondona y que fuera expulsado del Mundial por haber revendido ilegalmente entradas para algunos partidos. Ya regresó a su país, Botswana, ¿para qué insistir con eso? Claro, lo mejor es olvidar el caso, no vaya a ser cuestión de que se difunda más el hecho de que, hasta no hace mucho, Bhamjee era el pichón político para Africa del presidente de la FIFA, Joseph Blatter. “Espero que la Confederación Africana actúe con rapidez”, confió Blatter el domingo, un día después de que Bhamjee admitiera, en una carta, haber revendido 12 entradas para el partido Inglaterra-Trinidad y Tobago, que costaban 100 euros cada una, a 300 euros, generándose automáticamente un beneficio del 200 por ciento. Pero hasta ayer miércoles, ni la CAF se expidió ni la FIFA le recuerda, que se sepa, la demora. Bhamjee es el mismo dirigente que, con el apoyo de Blatter, se postuló para la presidencia de la Confederación Africana en enero de 2004. El organismo es comandado desde 1988 por el camerunés Issa Hayatou, uno de los seis vicepresidentes de la FIFA. En 2002, Hayatou se postuló para presidente contra el propio Blatter, que iba por su reelección y pidió al fiscal público de Zurich el procesamiento del ex coronel del ejército suizo por corrupción, solicitando una investigación. Pero la Justicia suiza, tan reticente en investigar a las grandes organizaciones deportivas asentadas en ese país, dictaminó que no había pruebas suficientes, Blatter se aseguró la reelección y se prometió desbancar a su adversario. Por eso, un año y medio más tarde, a comienzos de 2004, apoyó la candidatura de Bhamjee. Semejante aliado institucional no le resultó de mucha ayuda al dirigente de Botswana. Hayatou se sostuvo al frente de la CAF gracias a una elección para nada reñida: 46 votos contra 6. Esta vez, la FIFA se contentó con que Bhamjee abandonara Alemania. No entrega novedades sobre la suerte institucional del dirigente caído en desgracia. Acaso pretende que el rodar de la pelota tape estas cuestiones más incómodas.