La selección alemana ya había cumplido con el protocolo. Los jugadores llevaban en su pecho una medalla. Pero debieron pasar algunos minutos para que los locales pudieran, o al menos intentaran, digerir el desconsuelo que significa su ausencia en la final. El cómodo triunfo por 3-1 ante Portugal y la tarde soñada de Schweinsteiger quedarán como un dato anecdótico. Bajo la recordada cortina musical del Mundial Italia ’90, los fanáticos que llenaron el estadio de Stuttgart festejaron un tercer puesto que esconde una mezcla de satisfacción y decepción.

Pero el festejo del final poco tuvo que ver con el arranque tibio del partido. Michael Ballack y Luis Figo fueron las principales ausencias de dos equipos que salieron con muchas variantes. El conjunto dirigido por Luiz Felipe Scolari se apropió de la pelota en buena parte del primer tiempo. Pero tal como le pasó en las semifinales ante Francia, pagó caro su falta de ideas para inquietar a Oliver Kahn, esta vez entre los titulares. La única situación de gol estuvo en los pies de Pauleta, que entró al área y soltó un débil remate que el arquero atrapó sin problemas.

Los alemanes apostaron, como lo hicieron en buena parte del Mundial, a los disparos de larga distancia. Sebastian Kehl fue el único en inquietar a Ricardo. Primero con un disparo desviado y, unos minutos más tarde, con un potente tiro que exigió una buena reacción del portugués.

En la segunda etapa, Alemania dejó las especulaciones de lado y salió con una ambiciosa actitud ofensiva. A los 10 minutos del complemento, Bastian Schweinsteiger tomó la pelota desde el vértice izquierdo del área, la llevó hasta la medialuna y sacó un disparo fortísimo que Ricardo, en un acto falto de reflejos, no pudo sacar. Con la ventaja, Portugal empezó a ofrecer más espacios, que Alemania supo aprovechar. Y un minuto más tarde Schweinsteiger tiró un buscapié al área que Petit, en un intento por despejarlo, desvió hacia su propio arco.

Con la cómoda diferencia, Alemania desplegó un fútbol veloz y efectivo. Cada contragolpe se convertía en una clara situación de gol. Deco buscó el descuento con un potente disparo, pero sólo logró hacer lucir la figura de Kahn. A los 22 minutos, Schweinsteiger protagonizó una jugada calcada a la del primer tanto y el resultado fue idéntico. Con una excepción: esta vez Ricardo no tuvo nada que hacer.

El ingreso de Figo fue una de las últimas jugadas de Scolari para hacer reaccionar a su equipo. El jugador del Inter tiró un centro que Nuno Gomes conectó de palomita. Pero el descuento sólo sirvió para decorar un resultado que tenía sabor amargo para ambos equipos. Alemania se despidió de su gente con un buen rendimiento. Pero la actuación no alcanzó para borrar de la mente de sus hinchas la decepción de haber quedado afuera de la definición del certamen.

Alemania 3

Kahn; Lahm, Huth, Metzelder, Jansen; Schneider, Kehl, Frings, Schweinsteiger; Klose, Podolski.
DT: Juergen Klismann.

Portugal 1

Ricardo; Ferreira, Meira, Costa, Valente; Costinha, Maniche; Deco, Simao Sabrosa, Ronaldo; Pauleta.
DT: Luiz Felipe Scolari.

Estadio: Gottfried Daimler Stadion (Stuttgart).

Arbitro: Toru Kamikawa (Japón).

Goles: 55m Schweinsteiger (A); 60m Petit (P) en contra; 77m Schweinsteiger (A); 88m Gomes (P).

Cambios: 46 Petit por Costinha (P); 63m Neuville por Klose (A); 69m Gomes por Valente (P); 70m Hanke por Podolski (A); 76m Figo por Pauleta (P); 78m Schweinsteiger por Hiezlsperger (A).