La Selección Argentina de básquetbol arrancará mañana a las 7 con su ilusión mundialista, cuando se enfrente a Francia en el debut en el certamen (televisan TyC Sports y Canal 7). El equipo que dirige Sergio Hernández se encuentra entre el grupo de favoritos al título, más allá de que en la preparación no pudo mostrar un rendimiento acorde con sus antecedentes. Igualmente, los jugadores aseguran que el objetivo es acceder al podio, aunque íntimamente confían en poder tomarse revancha de la final perdida en el Mundial anterior ante la entonces Yugoslavia, en la última jugada del partido.

Hace cuatro años, el grupo que comandaba Rubén Magnano llegaba a Indianápolis con el sueño de alcanzar el podio en el Mundial. Claro que el objetivo pasaba por meterse entre los seis mejores y superar el noveno puesto de Toronto ’94 y el octavos de Atenas ’98. Sin embargo, con una actuación que sorprendió al mundo del básquetbol, la Selección Argentina accedió a la final y perdió ante Yugoslavia, en un final todavía hoy discutido.

Ahora, la situación es bien diferente. Argentina se terminó de ganar el respeto con la medalla dorada obtenida en los Juegos Olímpicos y parte como favorito, junto con España y Estados Unidos. Pero también existen otros conjuntos muy complicados, como Lituania, Francia, Serbia y Montenegro, Grecia, Italia o Brasil, todas selecciones capaces de generar más de un dolor de cabeza.

Lo paradójico en el conjunto argentino es que casi todos sus jugadores evidenciaron un pronunciado crecimiento individual respecto del Mundial anterior y de los Juegos Olímpicos, pero a nivel colectivo las presentaciones no son tan convincentes, al menos en la previa. Potenciar esa química de equipo es la cuenta pendiente para Hernández, que se encuentra ante el gran reto de dirigir a diez de los campeones olímpicos. Es que salvo Alejandro Montecchia y Hugo Sconochini, el resto del plantel es el mismo que obtuvo el oro en Atenas. Los nuevos en el equipo son los bases Pablo Prigioni y Daniel Farabello.

Dado el sistema de competencia, la primera fase no debería generar problemas. Es que cuatro de los seis integrantes del grupo avanzan a los octavos de final. Sin embargo, lo importante para el conjunto de Hernández es terminar entre los dos primeros del grupo, para evitar un cruce complicado en la siguiente fase. Los clasificados en la zona A se enfrentarán con los que avancen de la B, donde seguramente España y Alemania ocuparán las dos primeras plazas. De ahí la trascendencia de un buen debut ante los franceses, el rival a vencer junto con Serbia y Montenegro.