DEPORTES › LOS CAMPEONES OLIMPICOS APELARON AL ORGULLO PARA SUPERAR A SERBIA Y MONTENEGRO
Argentina sacó su chapa para levantar el juego y ganarle al campeón del mundo, con Scola como figura y con Delfino vital en el último cuarto. En octavos se mide esta noche ante Nueva Zelanda.
Luego de tres partidos muy sencillos, la Selección Argentina de Básquetbol tuvo un examen exigente y lo superó con solvencia y personalidad, por más que el juego no tenía ningún significado para el futuro en el certamen. Pero con la rivalidad de un clásico en el medio, el equipo de Sergio Hernández apeló a todo su corazón y su mística para superar 83-79 a Serbia y Montenegro y se adjudicó de manera invicta el Grupo A del Mundial de Japón. En octavos de final, su rival será Nueva Zelanda, encuentro que se disputará esta noche a las 22. El hipotético cuadro hasta la final depararía un cruce ante Turquía en cuartos, ante España en semi y ante Estados Unidos en la definición.
Para Argentina, el encuentro no representaba nada especial, más allá del orgullo. Y eso es lo que puso en juego. Porque Serbia, necesitado de la victoria, planteó un partido muy físico, con mucho roce y con preponderancia en las acciones de sus dos mejores valores, Igor Rakocevic y Darko Milicic. Y tras un momento de confusión en el segundo y en el tercer cuarto, el campeón olímpico recuperó su ambición y limó una diferencia de ocho puntos, para llevarse un triunfo festejado por la tradición del rival. Y lo más importante de cara al futuro estuvo dado en que el vuelco del partido llegó de la mano de Carlos Delfino, una muestra más de la importancia que tiene el banco de suplentes argentino. Es que cuando Serbia mandaba en el marcador y en el desarrollo, el santafesino apareció con once puntos en el último cuarto, con tres triples, para dar vuelta el resultado. Luego, el aplomo en el cierre sirvió para sostener el invicto.
A lo largo del partido, Luis Scola volvió a dejar en claro su importancia, convirtiéndose en el pilar de la ofensiva argentina. Es que Ginóbili y Nocioni estuvieron bien tomados, por lo que el ala pivote del Tau Cerámica debió asumir protagonismo en el goleo. En defensa, a Argentina le costó tomar a Milicic, que con sus 2m11 impuso su presencia en zona pintada, en especial cuando Oberto se cargó de faltas. Claro que sobre el final, al gigante rival se lo pudo contener, para llegar a una victoria basada en el orgullo.
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