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› TRAS ARDUAS GESTIONES, ROMAN SE VA AL BARCELONA
Riquelme: lo pisado, pasado
Pasaron quince meses entre aquel anuncio de Macri y esta transferencia de ayer, cerrada en Roma. Otros números, un solo crack.
Quince meses después del primer anuncio oficial, ahora sí se puede afirmar que Juan Román Riquelme será jugador del Barcelona. El acuerdo se selló ayer luego de una extenuante reunión que mantuvieron representantes de ambos clubes en Roma, aunque la oficialización se producirá hoy cuando el presidente del club catalán, Joan Gaspart, lo comunique durante una conferencia de prensa que brindará en Barcelona. El día de la llegada de Riquelme todavía no está confirmado, aunque la especulación indica que ya la semana próxima quedará a disposición del entrenador Louis van Gaal, luego de superar la revisión médica y firmar su contrato. La operación se concretó en 6 millones de dólares por el 50 por ciento del pase, más 500 mil por la participación de Boca en la Copa Joan Gamper, y una opción en favor de la entidad catalana para adquirir el porcentaje restante el 30 de noviembre. En tanto, el jugador acordó un vínculo de cinco temporadas por 2.800.000 dólares anuales, aunque con mejoras sustanciales según la cantidad de partidos que juegue y los títulos que obtenga.
Los detalles que restaban para cerrar la venta del volante de Boca al Barcelona se saldaron ayer en el hotel Excelsior de Roma, tras una extensa reunión de la que participaron el director general, Xavier Pérez Farguell, y el abogado Leopoldo Hinjos, por el Barcelona, y los dirigentes José Cirilo y Eduardo Caffaro y el abogado Pablo Crusellas, por el lado de Boca. Todo ello bajo la supervisión de los presidentes de ambos clubes, que mantuvieron un constante contacto telefónico con los presentes. Luego del acuerdo entre las partes, a la reunión se sumó el representante de Riquelme, Daniel Bolotnicoff, que se encargó de pulir los detalles que restaban en el contrato del jugador. La operación fue tan complicada que las dos delegaciones perdieron sus respectivos vuelos de retorno, ya que el cónclave se extendió por más tiempo del esperado.
Tras la reunión, ninguno de los participantes quiso confirmar oficialmente el fichaje, pero dejaron en claro que ya no había diferencias. “Esta es una operación exclusivamente del presidente del Barcelona, que la ha llevado él, pues pese a no estar presente físicamente aquí, lo ha estado siempre por teléfono. Es tan personal que la anunciará personalmente él”, comentó Pérez Farguell. El mismo discurso se escuchó del lado de los dirigentes boquenses. “Por cortesía con el presidente del Barcelona, pues será él quien informe”, comentaron. El anuncio de la incorporación de Riquelme se producirá hoy, cuando Gaspart lo haga público en la conferencia de prensa en que presentará oficialmente la temporada de su equipo.
Ya en la madrugada europea, el gerente de Boca, Eduardo Caffaro, aclaró desde Roma la situación en radio La Red. “Fue una negociación ardua, las dos partes se mantuvieron firmes en muchos puntos en los que tenían convicciones. No fue fácil, pero el resultado fue altamente satisfactorio para todo el mundo”, comentó el dirigente. Y en Buenos Aires, el propio Macri dejó en claro que Román ya es jugador del Barcelona (ver aparte). Claro que eso no es ninguna garantía ya que, en marzo del 2001, el presidente de Boca anunció que Riquelme había pasado a la entidad catalana en 22 millones de dólares limpios para Boca.
De esta manera, se llegó a un final feliz para la novela más interminable de los últimos años. El acuerdo dejó muy conformes a las tres partes, ya que consiguieron sacarse de encima un conflicto que llevaba demasiado tiempo. Para los dirigentes de Boca, la venta de Riquelme significa dinero fresco para buscar refuerzos y una salida elegante del ídolo que se negaba a jugar por diferencias con el presidente. Además, ya entraba a jugar el fantasma de la libertad de acción de Riquelme, que se iba a producir en junio del 2003. Para los catalanes, el negocio es redondo, ya que por el mismo dinero que le pedían por el pase hace un año, consiguieron comprar al jugador y pagar su contrato. Además, es el golpe de efecto que esperaban dar sus dirigentes en función de los hinchas, que pedían a gritos la llegada del crack. Y para Riquelme es la concreción desu anhelo, ya que su decisión de jugar en Europa estaba firme, mucho más desde el secuestro de su hermano Cristian.
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