DEPORTES › EL BALANCE DEL DINERO NO DIO EN ROJO
Pese a quedarse en cuartos de final, el equipo argentino le reportó a la AFA un superávit de más de 15 millones de pesos.
› Por Gustavo Veiga
A menudo se habla de lo que significa manejar la caja chica de un organismo del Estado, un sindicato estratégico o hasta un centro de estudiantes. Y con una lupa se revisa a dónde fueron a parar esos fondos con el objeto de evitar suspicacias políticas. Pero si se toma a una asociación civil como la AFA, la más importante entre todas las de origen deportivo, que mueve muchísimo dinero y es una sociedad, en apariencia, sin fines de lucro, se escucha siempre lo mismo: “AFA rica, clubes pobres”. Sin embargo, se la estudia muy poco, sus cuentas se revisan menos y casi nadie toma nota de su evolución económica, la base del poder que Julio Grondona detenta desde hace 27 años y medio. Un solo dato lo corrobora. En el año del Mundial de Alemania, ¿quién habría pensado que tras un sexto puesto que no conformó a nadie, la Selección nacional iba a generar un jugoso superávit?
La participación del equipo que José Pekerman condujo hasta los cuartos de final le deparó a la AFA una ganancia de 15.682.222 pesos (unos 5.058.781 dólares), según datos que constan en el último balance, aprobado a fines de octubre. Esa cifra deviene de ingresos que ascendieron a 31.430.725,15 pesos y gastos por 15.748.503,06. El beneficio obtenido en este único rubro habría aumentado de manera considerable si el seleccionado derrotaba a Alemania y se clasificaba para las semifinales.
No obstante, la AFA logró
un superávit final en el ejercicio 2005/2006 que trepó a los 4.251.606,89 pesos, algo así como 1.371.485 dólares, tomando la divisa a 3,10. Un resultado 4,61 por ciento superior al del balance anterior, aunque ligeramente inferior al de 2003/2004. Demasiado lejos quedó la crisis del 2001/2002, cuando la asociación había concluido el período con un déficit monstruoso de 20.725.084,31 pesos.
Hoy, los números de la AFA cierran en armonía gracias, en buena medida, a esa máquina de recaudar divisas que es la marca registrada de nuestra Selección. Incluso, pese a que durante el Mundial no alcanzó la meta que se esperaba –la esquiva clasificación para una semifinal que no se da desde Italia ’90– y a que en los últimos amistosos contra Brasil y España mostró un pronunciado declive en su juego.
Tampoco parece importar que la Selección haya quedado en un brete por el contrato que se firmó con la ignota compañía Gulgong, una offshore asociada a la corporación rusa Renova, que a la vez fue acercada a la AFA por World Eleven, otra empresa que no está inscripta ni en la Capital Federal ni en la provincia de Buenos Aires. El tesorero de la casa, Carlos Atilio Portell, también presidente de Banfield, defiende las bondades del compromiso que tendrá vigencia hasta 2011, en su informe al Comité Ejecutivo:
“El 30 de mayo de 2006 se firmó con la empresa Gulgong un contrato por la organización de hasta 24 partidos amistosos para el período 2006/2011, que garantizará el ingreso por participación en U$S 750.000 por cada uno de ellos, quedando a cargo de la empresa los gastos de traslados, manutención y hospedajes. En el período de cuatro años anterior, estos ingresos fueron, en promedio, de U$S 542.000 por partido”.
El joven empresario Guillermo Tofoni es el artífice de este convenio, un ex arquero de Argentinos Juniors que jugó en las divisiones inferiores junto a Lalo Maradona. Alguien que venía intentando organizar partidos para la AFA con escaso éxito, hasta que apareció el grupo Renova, con inversiones tan ajenas al fútbol como el petróleo y el gas.
A los ingresos cobrados por adelantado de partidos amistosos y que ya pagó Gulgong –en el balance figuran 20.830.500 pesos–, debe agregarse un recurso que se mantiene más o menos estable: lo que desembolsan los patrocinadores de la Selección. En los últimos cinco ejercicios, la AFA percibió sucesivamente, 19.237.546,09 pesos, 21.474.905,81, 18.835.523,82, 18.196.750 y 18.495.660. Lo que demuestra que el interés en la camiseta argentina no decae y que Puntogol, la empresa asociada a la AFA en la captación de patrocinios, es un negocio llave en mano que merecería otra nota.
La asociación que gobierna Grondona obtuvo un superávit de 10 millones de pesos en el mundial anterior de Corea y Japón pese a que el seleccionado nacional no había pasado la primera ronda y el país todavía estaba bajo los efectos de la crisis del 2001. Con ese antecedente, resultaba casi imposible que Alemania 2006 no hubiera arrojado ganancias.
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