DEPORTES › MARCOS MILINKOVIC, UN HISTORICO QUE VA POR SU CUARTO MUNDIAL
Emblema de la Selección Argentina de vóleibol, promete una actuación esforzada en la Copa del Mundo de Japón, que comienza el viernes. El equipo nacional debuta con Puerto Rico.
“Siempre nos faltó un poquito para hacer historia”, recuerda con impotencia. A tres días del debut en el Mundial de Japón, Marcos Milinkovic es consciente de las limitaciones de la Selección Argentina de vóleibol, pero se ilusiona con dar la “sorpresa” del torneo. “Nos vamos a enfrentar con equipos de mayor nivel. Eso no significa que no podamos dar el batacazo. De hecho, vamos a hacer todo lo posible para dar la sorpresa del torneo”, aseguró. A las puertas de su tercer mundial, Milinkovic mantuvo una entrevista con Página/12 en la que desgranó sus expectativas para la Copa del Mundo. “No vamos a ver qué pasa. Tenemos un objetivo bien claro”, advirtió el opuesto de 34 años, quien, además, explicó por qué no volvería a jugar en el país y reconoció sus deseos de convertirse, algún día, en el entrenador de la Selección.
–Después del buen rendimiento de la Selección en la Liga Mundial, ¿cambiaron los objetivos para el Mundial?
–Creo que las prioridades son las mismas. El equipo está más maduro gracias al rendimiento que mostró en la Liga, aunque sabemos que en el Mundial nos vamos a enfrentar con equipos de mayor nivel. Eso no significa que no podamos dar el batacazo. De hecho, vamos a hacer todo lo posible para dar la sorpresa del torneo.
–¿A qué apuesta el equipo?
–En un principio el piso es entrar entre los ocho primeros. Después, en instancias eliminatorias, es un partido a todo o nada y ¿quién te dice?, se puede ganar y avanzar.
–Históricamente la Selección parece tener el mismo objetivo, ¿qué le falta a Argentina para poder apuntar más arriba?
–Hay que pensar que tenemos un equipo muy joven. Hay jugadores que recién están haciendo sus primeros pasos en competencias internacionales. Quizás este equipo apunte también a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y al próximo Mundial, donde los jugadores van a tener más de 50 partidos internacionales, y eso no es poca cosa.
–¿Se puede pensar en un mundial de transición?
–Transición hasta cierto punto. Nosotros no vamos a ver qué pasa. No somos un equipo sin objetivos. Tenemos un objetivo bien claro que es, en principio, terminar entre los ocho primeros.
–Argentina integra el grupo con Puerto Rico, Polonia, China, Japón y Egipto. ¿Cuáles son los partidos que no pueden dejarse escapar?
–Creo que el debut siempre es el partido más importante. Y no sólo porque es Puerto Rico y en los papeles es un rival accesible. Una victoria en el primer partido te da tranquilidad y mucha seguridad. Polonia es el candidato a quedarse con el grupo, tiene muchos puntos fuertes, pero también débiles y la idea será saber cómo explotarlos. Con el resto de los equipos dependerá de lo que haga Argentina.
–¿Cómo se maneja la ansiedad en los días previos a lo que seguramente será su último mundial?
–Va a ser mi último mundial, eso seguro. La idea es tratar de disfrutarlo como lo hice en los tres anteriores (Grecia ’94, Japón ’98 y Argentina 2002). Quiero aportarle todo lo que pueda al equipo dentro y fuera de la cancha para dejar a Argentina lo más alto posible.
–¿Cómo llega en lo físico?
–Teniendo en cuenta mi edad creo que llegó 100 puntos. Estoy muy bien, hicimos un laburo bárbaro y espero que se vea en la cancha. Estoy pasando por un momento espectacular. Llegó a mi último mundial realmente como quería llegar.
–Ganaste los Panamericanos en Mar del Plata 1995 y obtuviste el cuarto puesto en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, ¿es una cuenta pendiente un buen resultado en un mundial?
–Siempre nos faltó un poquito para hacer historia. La Selección siempre estuvo cerca de conseguir cosas grossas y lamentablemente no lo pudimos lograr. Nos pasó en los Juegos Olímpicos de Sydney cuando perdimos en semifinales ante Rusia o el partido frente a Francia en el Mundial que se jugó en Argentina.
–¿Será éste el Mundial del despegue?
–Es difícil saberlo, pero puede ser. Aunque en los papeles haya partidos que parezcan muy difíciles, creo que los encuentros hay que jugarlos. Es en la cancha donde se ve el mejor. El partido no termina hasta que pica la última bola.
Entrevista: Hernán Matz.
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