La causa por amenazas contra los jugadores de Gimnasia tambalea, pese a los esfuerzos del fiscal platense Marcelo Romero por sostenerla. El propio Romero aceptó ayer públicamente que “los futbolistas dijeron que no han sido intimidados ni coaccionados ni han sentido miedo ni cualquier otro sinónimo que puedan imaginar”, y el presidente de Gimnasia, Juan José Muñoz, recuperó la iniciativa asegurando que la denuncia “no tenía ningún sustento”, calificándola de “falacia y mendacidad” y responsabilizó a la Policía Bonaerense por las agresiones a los periodistas el domingo en el estadio de La Plata. Marcelo Goux, el jugador más afectado por los episodios, dejaría Gimnasia en las próximas horas.

“Les hemos preguntado en todos los idiomas: en idioma técnico y en idioma vulgar, y si bien reconocieron que fueron visitados por barras de Gimnasia y Esgrima en horario nocturno, manifestaron que es algo común que ellos vayan al predio de Estancia Chica”, relató el fiscal. “Los jugadores han tenido un lugar de privacidad necesario para poder expresarse. Les pregunté de mil maneras diferentes y no han reconocido haber sido víctimas de delito alguno”, subrayó. Los futbolistas fueron asesorados por abogados pagados por Gimnasia, no los que usualmente dispone Agremiados, el sindicato de jugadores. “Tuvieron toda la libertad para declarar, y como lo hicieron bajo juramento de ley, no puedo decir públicamente si les creí o no. De no haberles creído tendría que procesarlos por falso testimonio”, afirmó.

Romero comentó que las declaraciones de los futbolistas “fueron absolutamente idénticas”, salvo la de Ariel Franco, que diferenciándose del resto dijo haberse sentido “invadido, molesto” y que era “la primera vez” que lo había sufrido en su carrera. Marcelo Goux fue “el más lacónico. El que contestaba con monosílabos y se mostraba irritado”. La presencia del cuerpo técnico y médico y de los dirigentes Mariano Berón y Leguizamón Brown “fue a la distancia”.

El fiscal dejó trascender que en ese encuentro los hinchas les habían pedido a los jugadores que contra Boca no ganaran y que en forma irónica les decían “sigan jugando como hasta ahora, les aguantamos el 7 a 0, les aguantamos la eliminación de la Copa Sudamericana, pero no van a venir a ganar ahora justo contra Boca. Fue una charla cómica, según los dichos de los jugadores, que negaron rotundamente que los hinchas hayan exhibido armas o que hayan sugerido tenerlas encima”.

Romero piensa seguir investigando, pese a que se cayeron las declaraciones de los jugadores. “La causa se inició de oficio y va a seguir de oficio”, avisó. Su próximo paso será citar al árbitro del partido, Daniel Giménez, y sus colaboradores “porque han manifestado públicamente que vieron cosas raras. Como no sé qué son las cosas raras, quiero que me las expliquen”. También serán citados los periodistas del diario Olé que impulsaron la denuncia que Muñoz calificó de falaz y mendaz.

Según Romero, los futbolistas nombraron a algunos “de los referentes” de la barrabrava “por sus apodos, no por sus nombres respectivos, y son los que siempre están, pero hablaron solamente de los muchachos”. Y reveló otra parte de su estrategia. “Al Torugo fue al que más nombraron. Al resto no. Y como no han sido imputados tranquilamente pueden ser citados a declarar”, anunció.