DEPORTES
› SINTOMATICO COMIENZO DE LOS TORNEOS DE VERANO
Melancólico empate al vacío
En un partido sin goles ni brillo, jugadores de San Lorenzo e Independiente se entrenaron con público tras apenas días de pretemporada.
El triangular que este año reúne en Mendoza a Independiente, San Lorenzo y River comenzó como el año en todos los órdenes para la Argentina: mal y plagado de incertidumbres. Los empeñosos jugadores se prodigaron, se pegaron poco, casi no llegaron al arco y se pasearon por la cancha -muchos de ellos– con la perplejidad e inexperiencia de los recién llegados. No sólo al año sino al primer plano de sus respectivos equipos. Plagados de juveniles, los conjuntos de Pellegrini y de Clausen-Bochini fueron inconexos y poco agresivos, excesivamente livianos en planteo y resultados. El cero a cero estuvo bien; es decir: estuvo mal pero fue justo.
Para rescatar, lo normal. Los conductores de ambos fueron los experimentados Leo Rodríguez –anduvo bien, metió un par de zapatazos– y el muy movedizo Guiñazú, que alimentaron con precisión y sin resultados a sus, en general, muy bisoños delanteros. Los arqueros también estuvieron bien: el más ducho Ramírez, que cumplió; y el debutante rojo Albil, una agradable sorpresa en un puesto en el que Independiente necesita seguridad. En el fondo de San Lorenzo no desentonó el seguro Leandro Alvarez, pero, por ejemplo, no gravitaron los delanteros jóvenes del Rojo: ni Ayala ni Rivas, muy nuevitos, ni el hábil Cornejo en el Ciclón. En San Lorenzo, Di Lorenzo pegó en el palo a un cuarto de hora del final y casi desnivela. No pudo ser. Mejor así, para que no hubiera espejismo: cero puro, la calificación merecida.