CONTRATAPA
El arbitraje argentino está en zona de deuda, y no sólo porque no cobró aún los salarios de noviembre: durante el 2001 mostró una alarmante caída en el nivel de juego, fue sometido a recusaciones constantes y, obligado por la crisis a convertir la actividad en un medio de vida, volvió a verse envuelto en sospechas de corrupción.
“En un 90 por ciento de posibilidades, no voy a estar corriendo en febrero”, afirmó ayer el múltiple campeón, que vuelve después de dos años. El presidente de la ACTC confirmó el comienzo en fecha prevista.
› Por Gustavo Veiga
Los hombres de negro, que imparten justicia en el campo, han quedado bajo la lupa después de una temporada desalentadora. La crisis los obligó a adoptar el arbitraje como medio de vida, pero no tienen al día los sueldos; el nivel de su rendimiento fue muy discutido y el volumen de las recusaciones creció, mientras campeaban sospechas nunca confirmadas.
Con un golazo de Totti, los de Capello batieron 1-0 al Torino, mientras que en el partido más importante de la jornada, el Inter de Cúper –con Zanetti, Guly y Vivas– no pudo con la Lazio de Crespo y el Piojo.
Más partidos que novedades de pases, más ilusiones que realidades. El fútbol argentino regresa al trabajo esta semana tras la breve pausa de las Fiestas y los avatares políticos, y se encuentra con un país que ya es otro.
El argentino aplicó los mejores golpes, ganó la mayor cantidad de rounds y sacó ventajas claras en el cómputo final, pero dos jueces vieron mejor la enjundia del retador y le dieron la pelea. Fue campeón menos de tres meses.
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