Boca y River, River y Boca, los dos clubes más populares del fútbol argentino, se enfrentarán en la tarde de hoy, en otra edición del superclásico con carga de pasión y emociones y la promesa de protagonizar otro capítulo histórico en la mítica Bombonera. Para este encuentro, el más destacado de la décima fecha del torneo Clausura, Boca llega como favorito, merced a la confianza recuperada tras su victoria del domingo pasado frente a Vélez (1-3), que le permitió alcanzar a San Lorenzo en la punta del certamen.

Pese a que el equipo de Miguel Angel Russo no ha terminado de consolidarse en su funcionamiento, el buen momento de figuras como el delantero Rodrigo Palacio y los volantes Ever Banega y Juan Román Riquelme colabora para que Boca tenga más claro el panorama que su eterno rival. “Desde que estoy en Boca siempre hay urgencias. Este es un clásico y tiene todos los condimentos especiales. Sé que esto se vive distinto a otros encuentros, pero apostamos al trabajo y confiamos en nuestras fuerzas”, manifestó en la previa Russo, que vivirá su primer superclásico desde que asumió funciones en Boca.

Muy distinta es la actualidad de River, envuelto en una crisis desatada tras la temprana eliminación de la Copa Libertadores, a priori su gran objetivo de la temporada y para la que se habían gastado más de 16 millones de dólares en refuerzos, pero que culminó en una decepción mayúscula. River llega con ansias de quitarse la frustración de encima y, de paso, volver a la lucha por el título del torneo local. Pero también carga con la exigencia de sus hinchas, que no están dispuestos a tolerar otra derrota demoledora como la sufrida frente al Caracas venezolano, que los dejó afuera de la Copa.

Pese al mal momento, el presidente de River, José María Aguilar, respaldó en la semana al entrenador Daniel Passarella, que se mostró confiado en que una victoria en la Bombonera sea el golpe de timón necesario para cambiar el rumbo y alejar la tormenta. “Este partido es lo mejor que nos podía pasar, porque un triunfo nos daría un envión importante y nos meteríamos de lleno en la lucha por el campeonato. Estamos convencidos de que lo mejor está por venir”, sostuvo el DT.

River suma 16 puntos y podría ponerse a tres unidades de Boca en caso de derrotarlo, además de tener un encuentro pendiente frente a Colón de Santa Fe. Boca suma 22 y tendrá la chance de consolidarse en la punta junto a San Lorenzo (25 puntos), que ayer volvió al triunfo al derrotar a Gimnasia en el Nuevo Gasómetro.

El superclásico se disputará en una cancha repleta. Con capacidad para 47.000 espectadores, los locales sólo le entregaron a la visita 2865 entradas, que fueron agotadas en treinta minutos; el resto no fue puesto a la venta, ya que sólo podrán ingresar los socios del club y los abonados.

Dos grandes ídolos de ambos clubes pasan por momentos difíciles, ya que Guillermo Barros Schelotto estará en el banco de suplentes de Boca, y probablemente se despedirá del club antes de emigrar al Columbus Crew, de Estados Unidos, mientras que el “Burrito” Ariel Ortega, que le pidió a su DT que no lo deje afuera del encuentro, fue desafectado por una recaída en su problema de alcoholismo.

Pero el gran ausente será el astro Diego Maradona, que había anunciado con bombos y platillos su presencia en la Bombonera (“aunque sea con suero y en una ambulancia”), pero su endeble salud (ver aparte) lo obligará a ver el encuentro por televisión.

Este será el superclásico número 180 de la historia, con un balance favorable para los locales de 65 victorias contra 60 de la visita. Los otros 54 fueron empates.