DEPORTES › YA LO SUGIEREN ALGUNOS TENISTAS
El enfrentamiento entre los mejores jugadores y los directivos se agranda.
Los tenistas profesionales podrían crear una nueva organización que los nuclee en abierta oposición a la Asociación de Tenistas Profesionales, creada en su momento para representarlos pero que ahora divide sus intereses entre los jugadores y los torneos del circuito. Luego de que los dos mejores jugadores del mundo, Roger Federer y Rafael Nadal, lanzaran esta semana un ataque contra la ATP en Montecarlo, donde se está disputando el Masters Series, el británico Tim Henman insinuó la chance del cisma: “Creo que hay bastantes jugadores que sienten que estaríamos mejor formando una organización separada”, afirmó el inglés, uno de los jugadores más respetados del circuito.
“No estamos de acuerdo con el ritmo al que avanzan las cosas. Queremos hablar más a menudo y más seriamente que en el pasado (con los directivos)”, había declarado Federer el lunes, en una presentación conjunta con Nadal. “Hemos enviado una carta (al presidente de la ATP), pero no parece haber tenido mucho efecto. Pedimos que se detenga el proceso puesto en marcha para 2009”, declaró el español.
El proceso al que se refería Nadal fue pensado por la ATP para modificar en profundidad el calendario, rebajando la calidad de certámenes en polvo de ladrillo como éste de Montecarlo y el de Hamburgo, que perderían su condición de Masters Series, la más prestigiosa después de los Grandes Slams, en beneficio de Madrid y Shanghai. Tanto Hamburgo como Montecarlo demandaron recientemente a la ATP en un tribunal de Delaware, Estados Unidos.
Las dos estrellas del circuito, que sienten un gran apego por la tradición del tenis, se quejan sobre todo de que el nuevo presidente de la ATP, Etienne De Villiers, un ex ejecutivo de la Disney, ponga a los tenistas ante hechos consumados.
“Nos vemos con frecuencia pero no parece suficiente, puesto que las cosas siguen yendo demasiado rápido –se lamentó Federer–. Tenemos la impresión de que cada vez que queremos reaccionar, las cosas ya están decididas. No podemos avanzar a este ritmo”, estimó el suizo.
Después de debutar con mucho trabajo en el certamen, ganándole 7-6, 7-6 al italiano Andreas Seppi, en su primer partido del año sobre polvo de ladrillo, Federer se reunió con De Villiers, que decidió volar de urgencia al principado para mantener algunas conversaciones. “No tengo expectativas, pero estoy contento de que venga. Hubo mucha conversación en el vestuario, pero es más intenso ahora que hablamos del asunto públicamente”, dijo el suizo de manera diplomática antes de reunirse con el directivo.
“En Miami, 65 jugadores firmaron una carta para decir que no estaban de acuerdo y creo que habríamos podido reunir más si hubiéramos tenido tiempo”, señaló Nadal, que debuta hoy frente a Juan Chela.
El croata Ivan Ljubicic, presidente del consejo de jugadores de la ATP, se sumó a Federer y Nadal en su pedido de prudencia. “No queremos llegar a una situación en la que digamos que no seguimos jugando”, dijo, sugiriendo también la posibilidad del cisma. Luego se mofó de De Villiers: “El no sabía mucho de tenis cuando asumió este puesto (en 2005). Estuvo intentando aprender, pero parece que los consejos de aquellos que lo rodean no fueron tan buenos”.
El ruso Nikolai Davydenko, el tercer mejor jugador del mundo, se mostró crítico con el hecho de que los grandes certámenes norteamericanos, como Indian Wells, Miami y Cincinnati, permanezcan intocados, al igual que el Masters Series que se disputa alternativamente en Montreal y Toronto. “Nos gusta Montecarlo, es por eso por lo que lo jugamos”, dijo el ruso.
Federer reconoció que desde un punto de vista de los negocios, hay torneos que convocan más público que Montecarlo o Hamburgo, pero defendió la tradición de estos torneos. “Tienen una larga historia y no merecen ser eliminados”, acordó con él Nadal.
Esta no es la primera vez que los intentos reformistas de De Villiers provocan incomprensión e incluso indignación entre los tenistas. La ATP tuvo que tirar a la basura el round-robin, la fórmula con primeras rondas en formato de grupos que fracasó en las primeras experiencias a comienzos de esta temporada, como por ejemplo en Buenos Aires. Los tenistas argentinos más encumbrados, como Nalbandian y Cañas, son parte del grupo de 65 tenistas que firmaron la carta en contra de los planes de la ATP.
“Como jugadores, ¿no estaremos mejor por separado? –se preguntó Henman en relación con el conflicto de intereses en el seno de la ATP y la idea de fundar una nueva asociación–. No sé la respuesta, quizás sea algo lógico.”
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