El estadio Monumental no será nuevamente clausurado, como ocurriera a principios de temporada, según anticiparon fuentes judiciales, luego del allanamiento que se realizó el miércoles al estadio de River. El comisario Mario Morales confirmó que se encontraron tres casquillos de bala fuera del estadio, además de incautarse videos donde se registraron escenas de la violencia desatada el pasado domingo, en ocasión del clásico con Independiente. Como saldo de esos enfrentamientos entre dos grupos antagónicos de la barra brava riverplatense fueron heridas cinco personas, cuatro mayores y un menor. Por ello, la Fiscalía Criminal del Distrito Saavedra-Núñez inspecciónó las instalaciones del estadio y sus alrededores aunque, a la luz de las pruebas recabadas, en principio no existirían motivos valederos como para ordenar la clausura. Por los videos grabados con las cámaras del club, todo habría empezado afuera del Monumental, lo que salvaría al club de una nueva pena.

El presidente de River, José María Aguilar, afirmó: “Me gustaría que traten a mi club como a los otros clubes”, respecto de la posible clausura, ya que el dirigente considera que la Justicia fue “mucho más benévola con Boca” cuando la barra brava de esa institución generó hechos de violencia. “En el último superclásico –recordó Aguilar–, una persona (el dirigente de River, Gustavo Lavezzari) fue acuchillada en plena tribuna visitante de la Bombonera, quedó claro que fue un delito importante y fallaron todos los controles, sin que hubiese sanción.”

Aguilar también opinó que “la solución de esto de la violencia es mayoritariamente económica; cuando todos ganen un poco más, por ejemplo los policías, esto de a poco se irá arreglando... Además, esto requiere preparación y para ello hay que ver el tema (del fútbol) inglés... para esto hay que saber”.

Ante la posibilidad de una nueva clausura, Aguilar consideró estar “seriamente preocupado, porque sería una medida falsa en la lucha que se está llevando adelante en este problema y, además, un castigo que el club no se merece”, ya que, a su juicio, “los que sufren este tipo de sanción no son los 20 o 30 violentos, sino todos los socios que nada tienen que ver con esto”.

En cuanto a los jefes de los Borrachos del Tablón, Adrián Rou-sseau por un lado y los hermanos Alan y William Schlenker por el otro, si se logra cambiar la carátula de “lesiones graves” a “tentativa de homicidio”, el primero de ellos estaría complicado, porque según algunas fuentes judiciales sí habría estado el domingo en el Monumental.

Para determinar ello se necesitan las pericias que la policía científica realizará con las dos armas blancas encontradas en el allanamiento que se hizo en la casa de Rousseau, la misma que había sido baleada el lunes. El fiscal José María Campagnoli había solicitada a comienzos de la semana la detención de Alan Schlenker y Rousseau, pero la jueza Laura Bruniard rechazó el pedido por entender que todavía no hay elementos que lo justifiquen.