–Pareciera que el automovilismo argentino está atravesando una crisis en materia de seguridad, ¿está de acuerdo?

–Yo pienso que el que corre en un auto de carrera y está seguro de que no le va a pasar nada es un boludo. Es más factible que no te pase nada si te quedás en tu casa mirando la televisión. Los autos de carrera son peligrosos y en cualquier momento va a haber algún otro muerto y siempre lo va a haber. Venimos a altas velocidades y si impactamos con algo, impactamos rápido y ahí ocurren las desgracias. Pero lo que se busca es intentar que el riesgo sea el menor posible.

–La decisión que se tomó en el TC de bajar a los acompañantes para reducir los riesgos, ¿ayuda en este sentido?

–Creo que sí, que se reducen un poco los riesgos. Así es mejor. Lo más interesante es que si vos pegás con el auto contra un paredón o un guard-rail, esos 80 kilos de menos significan una presión de casi mil kilos menos en el impacto. Así que, sí, esta medida favorece la reducción de riesgos.

–¿Hay circuitos que están quedando obsoletos en relación con los avances tecnológicos de las distintas categorías?

–Seguro, hay circuitos que están quedando complicados, como puede ser el de Balcarce.

–¿Y el de San Juan?

–¿El Zonda? No tanto, la verdad es que está bastante bien. Pero un circuito como el de Balcarce está complicado.

–¿Cómo se mejora esto?

–Hay que trabajar mucho. Además, creo que a los circuitos les tienen que quedar ganancias, porque si no, el problema es que tienen que invertir y, obviamente, nadie quiere invertir donde hubo pérdidas. Ese es el gran problema.

–Pero hay circuitos que están bien y, sin embargo, los accidentes ocurren...

–Es cierto, hay muy buenos circuitos, como pueden ser el de Paraná o el de San Luis, o el de Buenos Aires, incluso éste de Olavarría, que es muy seguro. Pero nadie está exento de que ocurra un accidente o algo grave. Uno va a correr a Mar de Ajó y decís “no hay un circuito más tranquilo que éste”... Y de ahí nos trajimos muerto a (Julián) Alfaro. Yo creo que en los accidentes juegan muchas cosas, cómo es la situación, digamos, cómo pega el auto, contra qué, en fin..., muchas cosas.

–¿De qué forma creés que se reparten las responsabilidades en esta materia?

–Todos tenemos responsabilidades. Sin lugar a dudas, los pilotos nos tenemos que involucrar más en inspeccionar los circuitos. Yo quiero revisar la nueva chicana de Rafaela y juntar cuatro pilotos para que la vayan a ver: a mí, a Guillermo Ortelli, al Gurí Martínez, a mi hermano Patricio... pero la verdad es que juntar a los pilotos para eso es más difícil que ganarse el Loto. Ellos creen que ir a ver un circuito es perder el tiempo. Todos pensamos que estamos inmunes, que a nosotros no nos va a pasar. Entonces decimos: “¿Para qué vamos a ir a ver, si los accidentes les pasan a los que no saben manejar?”.

–Y no es así...

–¿Qué te parece? Ayrton Senna creo que no era tan boludo y también se mató. Así que la culpa es de todos. Los que no van, o no quieren ir, son los que no quieren tener la soga en el cuello, pero hay tipos que son representativos y tienen que ir a ver los circuitos.

–¿Desde los pilotos se hace algo en conjunto?

–No se hacía, o se hacía poco, pero creo que a partir de ahora se va a comenzar a hacer más.