Mar 29.05.2007

DEPORTES  › EVO MORALES, PRESIDENTE DE BOLIVIA, REACCIONA CONTRA LA FIFA

La pelota es cuestión de Estado

El mandatario se tomó muy en serio la protesta contra el veto a la altura para partidos internacionales, movió sus influencias y mandó a un ministro a Suiza. ¿Habrá cambios?

¿Puede el fútbol dividir a Sudamérica? El presidente de Bolivia, Evo Morales, convirtió en cuestión de Estado el veto de la FIFA a autorizar la disputa de partidos internacionales en estadios emplazados a más de 2500 metros de altitud, decisión que calificó como “injusta y arbitraria”, pidió a los países de la comunidad andina que respalden su reclamo e, incluso, realizó un llamamiento a los presidentes Néstor Kirchner y Luiz Inácio da Silva para que Bolivia no quede excluida de la práctica del fútbol internacional. Morales también convocó a una reunión de su gabinete para tratar el tema, ordenó el viaje a Zurich, sede de la FIFA, del ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, del viceministro del Deporte y ex capitán de la selección que clasificó al Mundial de Estados Unidos 1994, el ex jugador de Boca Milton Melgar y a un grupo de científicos para que expliquen los argumentos para dejar sin efecto la medida. También solicitó por carta a la FIFA “la reconsideración de esta resolución en mérito a que atenta contra el legítimo derecho de los pueblos a la práctica deportiva del fútbol, la misma que desconoce el principio de igualdad y universalidad consagrada en la Declaración de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas”.

“Yo sé que habrá quejas, sobre todo en América del Sur, pero tenemos que pensar en la salud de los jugadores. También en la distorsión de la competición si los partidos se juegan a ese nivel”, había declarado el titular de la FIFA, Joseph Blatter –que el miércoles será reelegido por segunda vez en su cargo– para justificar la decisión. No estaba equivocado porque desde Bolivia, Ecuador, México, Perú y Colombia llovieron críticas a la resolución, casi todas fundamentadas en el principio universal del fútbol, al punto de que el propio Blatter admitió ayer que existía la posibilidad de revisar la determinación. “FIFA está abierta a eso si así lo solicita la Confederación Sudamericana (Conmebol)”, dijo ayer en esa ciudad suiza Luis Bedoya, el titular de la Federación colombiana. Eso se discutiría el próximo 15 de junio.

“Vamos a consultar a países afectados por la resolución de la FIFA, como Perú, Colombia, Ecuador, incluso Chile y posiblemente Venezuela (...), para tomar una posición conjunta”, afirmó Morales tras su reunión de gabinete. Venezuela juega siempre en el llano, pero el presidente boliviano podría encontrar un fuerte respaldo en el mandatario venezolano Hugo Chávez.

“Este deporte que nos integra no puede ser (causa para ser) excluido, ni marginado. Con esta decisión tratan de desintegrar el deporte y, por tanto, desintegrar a la humanidad”, insistió Morales, un gran aficionado al fútbol.

Otros fueron más lejos: “Esto es una idea de Brasil, Argentina y Uruguay. Rechazamos tajantemente la medida y ya estamos coordinando nuestra respuesta con países que juegan en la altura, porque esto no es solamente para las Eliminatorias sino también para cualquier torneo internacional” dijo el dirigente peruano Juvenal Silva. “La FIFA cree que sólo Argentina, Brasil y Uruguay tienen derecho a ir al Mundial; esto es descabellado”, añadió.

Según el titular del fútbol boliviano, Carlos Chávez, el fallo de la FIFA tiene “elementos políticos” y, tras esa medida, a su juicio, se encontrarían Brasil y Argentina que, aparentemente, no desean que se cumpla la advertencia hecha por Perú de jugar sus partidos eliminatorios para el Mundial de Sudáfrica en Cuzco, a unos 3300 metros de altitud. Tampoco pueden jugarse, con este veto, partidos internacionales en Quito y Bogotá, las capitales de Ecuador y Colombia.

Bolivia es el país más perjudicado de la región porque la mayoría de sus estadios están emplazados a más de 2500 metros y su principal coliseo, el estadio Hernando Siles de La Paz, a 3577 metros sobre el nivel del mar. En su momento, Julio Grondona se mostró contrario a la idea de jugar las Eliminatorias Sudamericanas en dos zonas de cinco selecciones, como proponía la FIFA, por el riesgo de que en una misma zona cayeran Bolivia y Ecuador, acostumbrados a jugar como locales en la altura.

Los medios bolivianos recordaban ayer que el veto a la altura de La Paz nació en 1993, cuando Bolivia derrotó a Brasil 2-0, y ese partido se convirtió en la catapulta para su clasificación al Mundial de Estados Unidos 1994. En aquella ocasión el presidente francés, Jacques Chirac, apoyó la posición de Bolivia y el veto no llegó a establecerse.

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