El tenis argentino vivió un día soñado en París con el triunfo de nueve jugadores, entre ellos sus principales figuras, varios jóvenes en ascenso y el siempre carismático Gastón Gaudio. La lluvia que arruinó las dos primeras jornadas en Roland Garros desapareció para dejar lugar a un día frío, ventoso e incómodo, que no impidió los éxitos de David Nalbandian, Guillermo Cañas, Juan Chela, Juan Mónaco, Carlos Berlocq, Mariano Zabaleta, Martín Vasallo Argüello, Juan Pablo Brzezicki y Gaudio. Hoy habrá nueve argentinos en acción, entre ellos Juan Pablo Guzmán y Diego Hartfield, que ayer no pudieron terminar sus partidos.

Tras el festejo desenfrenado de Berlocq con puños y ojos cerrados, la confianza serena de Cañas, el entusiasmo franco de Brzezicki y el triunfo psicoanalítico de Gaudio, pasadas las 22 una imagen sintetizaba la alegría argentina: la de un Mariano Zabaleta de barba crecida y sonrisa imposible de quitar. “La verdad es que estoy muy contento, de vuelta donde quería estar. Le gané a Calleri, que es un jugadorazo. Estoy feliz y muy motivado para seguir adelante”, dijo Zabaleta, 88º del mundo hoy y 243º en enero, tras el éxito sobre Calleri (29º) 6-4, 6-7 (5-7), 7-6 (7-5), 7-5. Fue su primer triunfo en cinco partidos con Calleri.

Pese a que no ganó, Juan Martín del Potro tuvo razones para irse satisfecho. Jugó en la central e hizo sufrir en el primer set al español Rafael Nadal, que busca el tricampeonato. Guillermo Vilas siguió el partido desde el palco de honor. “No jugué muy bien, pero lo importante es que gané. Del Potro es un gran jugador, con gran futuro”, elogió Nadal al argentino, que reconoció que necesita más experiencia: “Me sentí tenísticamente cómodo, pero me falta físico”.

Del Potro es uno de los jugadores de mayor ascenso en los últimos tiempos. De 18 años y 59º del mundo, es dueño de un gran servicio, un revés dúctil, una derecha intensa y profunda y un buen juego de red. Tuvo una ventaja de 5-3 en el set inicial, pero se enredó en su entusiasmo para caer por 7–5 y entregar algo más tarde el partido 6-3, 6-2.

Nalbandian, vencedor del surcoreano Hyung Taik-lee 6-2, 6-1, 3-6, 6-3, confía en que tras un muy mal comienzo de temporada por fin regresen los buenos tiempos. Hoy se mide con el español Iván Navarro Pastor: “Me veo al 60 por ciento; si sigo ganando, voy a mejorar. Sampras también empezaba los Grand Slam un desastre, y después ganaba”.

Berlocq (97º) sorprendió al francés Julien Benneteau 6-7 (5-7), 7-5, 6-2, 6-3 para protagonizar el festejo del día. Tirado de espaldas sobre el polvo, lanzó sus puños al cielo una y otra vez. “No lo podía creer. En el final me acalambré por los nervios”, dijo Berlocq, que a los 24 años ganó por primera vez en su vida un partido en un Grand Slam y hoy se enfrenta con el italiano Potito Starace. “Es un sueño, me lo merecía.”

Parecida era la situación de otro “trabajador” del tenis, Brzezicki, vencedor del estadounidense Robbie Kendrick 6-1, 3-6, 6-2, 6-1. “Somos 15 argentinos en el cuadro porque tenemos mucho huevo, así de fácil.” Y Vasallo Argüello, octavo finalista el año pasado, batió al colombiano Alejandro Falla 6-3, 6-3, 6-7 (3-7), 7-6 (7-4) y reivindicó a sus colegas: “Hay muchos tenistas solidarios y con compromiso social, lo que pasa es que no lo dicen”.

Cañas regresó a Roland Garros dos años después de su último paso por un gran torneo y con la secreta ambición de llegar muy lejos. “No necesito ser la figura de nada ni cargar con ninguna presión”, dijo contundente tras batir al rumano Victor Hanescu 6-3, 6-1, 6-4. Cañas se defendía así de la presión que, en efecto, ya tiene: ser el argentino que más lejos llegue. No es una hipótesis alocada, porque él fue el dueño de los éxitos más resonantes del tenis argentino en lo que va del año al vencer dos veces a Federer.