San Antonio está cumpliendo con su favoritismo y ya está 2-0 en la serie final de la NBA. Con su tridente rindiendo a pleno, los Spurs volvieron a vencer 103-92 con relativa facilidad a Cleveland y hoy tendrán la chance de empezar a liquidar la serie cuando visiten a los Cavaliers en el Quickey Loans Arena en el tercer partido (televisa Canal 7, desde las 22). Emanuel Ginóbili volvió a tener un aporte clave, con 25 puntos y un triple con falta adicional fundamental cuando Cleveland amenazaba con acercarse.

Como en el primer juego, San Antonio tuvo a su trío estelar como arma fundamental para maniatar a LeBron James, la máxima figura de los rivales. Entre Tony Parker, Tim Duncan y Ginóbili anotaron 78 de los 103 puntos de San Antonio para mantener la ventaja de la localía y tener un panorama muy aclarado de cara al resto de la serie. Lo de Ginóbili volvió a ser espectacular, con una tarea muy completa y con la jugada que definió el partido. La planilla del bahiense mostró que anotó 25 puntos, con 1-5 dobles, 4-6 triples y 11-11 libres, además de capturar seis rebotes, dos asistencias y tres robos en 28 minutos. Por su parte, Fabricio Oberto fue titular y permaneció 20 minutos en el terreno, en los que logró cuatro puntos (2-3 dobles, 0-2 libres) y cuatro rebotes.

El partido resultó muy sencillo para San Antonio. Desde el comienzo consiguió ventajas apreciables, que llegaron a ser de treinta puntos al promediar el tercer cuarto. Con James bien marcado, Cleveland no tenía ninguna vía de gol confiable, por lo que nunca pudo ponerse en partido. Sin embargo, la amplia ventaja desconcentró a San Antonio, que permitió que los Cavaliers marcaran un parcial 24-4 para acercarse a ocho puntos, cuando restaban más de tres minutos. Y en ese momento, Ginóbili llevó a cabo la jugada clave: con la marca de Gibson encima, el bahiense convirtió un triple y el libre adicional por la falta que le cometieron. “La jugada del partido fue el tiro de Manu”, admitió el entrenador de Cleveland, Mike Brown. Es que de un preocupante 97-89, San Antonio pasó a un tranquilizador 101-89 para empezar a liquidar el partido.

“Jugamos un gran partido dentro de nuestras posibilidades y sólo en los últimos siete minutos del último cuarto ellos apretaron, pero sin que llegara a peligrar la victoria”, señaló Parker, el goleador del partido con 30 puntos. “Ellos fueron superiores en los dos partidos en su campo y ahora nos tocará a nosotros hacer lo propio en Cleveland”, reconoció James, que terminó el partido con 25 puntos, aunque no pudo ser determinante como su equipo lo hubiese necesitado.

Ahora la serie seguirá en Cleveland, con tres partidos en el Quickey Loans Arena. Habrá que ver si el equipo de Popovich consigue sostener la marca sobre James, la clave de la serie. Hasta ahora, la figura de Cleveland no pudo ser factor determinante, ya que no consiguió hacer entrar en juego a sus compañeros y sólo logró sus puntos por intentos individuales. Las doble y hasta triple marcas de San Antonio lo confundieron y lo terminaron frustrando. “En el segundo partido me sentí más cómodo, pero no pudimos revertir la inercia perdedora”, señaló James. A su favor, hay que tener en cuenta que en la final de la Conferencia Este, Cleveland también caía 2-0 ante Detroit cuando la serie retornó a su casa. Y en la final del año pasado, Miami también caía 2-0 ante Dallas, pero a partir de los tres triunfos en casa, revirtió la serie y obtuvo el título como visitante en el sexto partido.

Para San Antonio, una victoria lo pondría a las puertas de lograr el cuarto título de su historia, el tercero desde que Ginóbili arribó al equipo en 2002 y el primero desde que llegó Oberto, en 2005. Porque además de la ventaja que ya tiene, todavía le quedarían dos eventuales partidos para definir la serie de local en el AT&T Center.