Juan Román Riquelme vivió un día muy agitado: en la medianoche de ayer se consagró campeón de la Libertadores en Brasil, en la madrugada volvió a Buenos Aires, a la mañana se armó el bolsito, al mediodía volvió a Ezeiza (pero al predio de la AFA) y a la tarde viajó con la Selección a Venezuela, donde jugará la Copa América.
Llegó de madrugada a Buenos Aires, flamante campeón con Boca en la Libertadores. A la tarde ya había partido rumbo a Maracaibo, Venezuela, junto con la Selección Argentina. No es que la citación le llegó de sorpresa: ya lo sabía desde comienzos de semana, antes de partir rumbo a Porto Alegre, cuando lo llamó por teléfono a Alfio Basile y le comunicó, sincero: “Coco, si usted me necesita, estoy a su disposición”. Y Basile, que esperaba el llamado, le dio el sí con alegría. Juan Román Riquelme, el futbolista más trascendente de América en esta primera parte del 2007, pisó apenas unas horas el territorio y partió ya en busca de su nueva cita con la gloria.
“No dejamos dudas de quién fue el mejor equipo en la Copa Libertadores.” Lo dijo Riquelme, que tampoco alentó la incógnita sobre la que fuera la actuación individual más destacada en el torneo continental.
“Sabíamos que habíamos sacado una ventaja muy buena la semana anterior en nuestra casa, y de este partido se había hablado mucho, incluso del referí (el colombiano Oscar Ruiz), por lo que creo que nuestro triunfo frente al Gremio fue categórico.”
Tan categórica fue la actuación de Riquelme en la final que tuvo participación directa en los cinco goles de Boca, convirtiendo tres e interviniendo en los otros dos. “Boca, en el resultado global, ganó 5-0, e incluso en el partido de anoche (por el miércoles) pudimos haber marcado más, pero erramos un penal.”
Riquelme respondió con evasivas ante la cuestión más importante: la de su futuro. “Los hinchas están felices –eludió–. Tienen que festejar todo lo que puedan. Todo el cariño que ellos me demuestran cada día, yo me lo voy a llevar por siempre. Es lo más grande que me va a quedar.” Se especulaba que el lunes puede haber una noticia más concreta.
“Regresé a Boca pensando que las cosas me iban a salir bien. Uno siempre cree que las cosas van a salir bien. Esto es algo grande para todos los hinchas de Boca. En los últimos años, Brasil siempre había ganado, han estado en todas las finales. Y nosotros nos sentimos orgullosos porque hemos ganado una final claramente, sin discusión de nada.”
El volante, que fue decisivo en la conquista de la Libertadores, siendo el goleador de Boca, analizó el logro: “Se trata de un título muy importante para todos nosotros. Es especial para todos, un futbolista siempre sueña con ganar la Copa Libertadores. Como digo, es importante para nuestro club, para todos los jugadores de Boca y también para el fútbol argentino. Esto es para festejarlo mucho”.
Luego lo puso en un plano personal: “Conseguí algo que para mí es un orgullo. Ganar la Copa Libertadores es algo muy complicado, muy difícil. Hace siete años, también en Brasil, contra Palmeiras, un 20 de junio, pudimos festejar todos”.
Antes de viajar a Venezuela, Riquelme desgranó también algunas de las claves del título de Boca: “Era necesario armar un gran grupo futbolístico y humano, y este plantel lo armó, porque fundamentalmente todos y cada uno en su medida dieron mucho para conseguir este objetivo”, aseveró.
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