Efraim Halevy fue el noveno director que tuvo el Mo-ssad, el servicio secreto israelí, y desde su renuncia a la agencia, en 2003, integra el directorio de la agencia de investigaciones londinense Quest. Halevy fue contactado por la escuadra Ferrari de Fórmula 1 para que la agencia pruebe lo que la Federación Internacional del Automóvil consideró ayer no probado: que su escuadra rival en Fórmula 1, McLaren, utilizó material robado a la Ferrari para preparar el modelo MP4/22, que manejan Fernando Alonso y Lewis Hamilton, para liderar el Mundial de la especialidad. Si los italianos consiguen la prueba es probable que la FIA descalifique a la McLaren del campeonato.

La FIA consideró ayer probado el caso de espionaje entre los equipos, destapado cuando se supo que el desplazado ex jefe de mecánicos de Ferrari, Nigel Stepney, había entregado un dossier de 780 páginas, conteniendo material clasificado técnico y deportivo de Ferrari, a otro inglés amigo suyo, Mike Coughlan. Los italianos se enteraron cuando la mujer de Coughlan llevó el material a fotocopiar y un empleado de la empresa copiadora resultó ser hincha de Ferrari... La policía británica encontró el dossier al allanar la casa de Coughlan.

Lo que la FIA no consideró probado fue el vínculo entre Coughlan –que fue suspendido por la McLaren apenas se comprobó su participación en el asunto– y el uso del material en beneficio del equipo inglés.

Ferrari había denunciado que Coughlan mostró el dossier al menos en cinco oportunidades a altos directivos de la McLaren, como el CEO Martin Whitmarsh, el director de ingeniería Paddy Lowe y el manager del equipo, Jonathan Neale.

El equipo inglés, en cambio, negó siempre estos contactos y que ese material hubiera pasado por su factoría: para McLaren, Coughlan siempre actuó a título personal.

Para la FIA, las evidencias presentadas por Ferrari sobre el particular, en una audiencia realizada ayer en París que duró seis horas, no alcanzaron para probar el punto.

McLaren le lleva 27 puntos a Ferrari en el Mundial de Constructores de Fórmula 1; una sanción podría haber arruinado el interés por la disputa de este campeonato entre ambas escuadras. Ferrari calificó de “incomprensible” la decisión de la FIA de no castigar a McLaren. Ron Dennis, el titular de la escuadra inglesa, afirmó, en cambio, aliviado: “El castigo está de acuerdo al crimen...”.

Stepney fue despedido en el acto por Ferrari, que lo acusó incluso de haber saboteado sus autos en el pasado Grand Prix de Mónaco y lo demandó penalmente en Italia, un juicio que podría mandarlo cuatro años a la cárcel.

El ex jefe de mecánicos pretendía dejar la casa italiana y ofrecerle el material técnico que cedió a Coughlan a un tercer equipo de F-1. Nick Fry, el titular de Honda, una escuadra de flojos resultados en 2007, admitió haberse reunido con Stepney y Coughlan en abril pasado.

Coughlan sigue suspendido por McLaren y evitó una demanda civil de Ferrari al entregar una confesión escrita, que se filtró a los diarios italianos. Ferrari espera usar esa confesión en su demanda contra Stepney. Y la FIA citó a ambos inculpados para que demuestren su inocencia.