El fiscal de Saavedra, José María Campagnoli, pidió ayer que se cite a prestar declaración indagatoria a los hermanos Alan y William Schlenker, líderes de una de las facciones de la barra brava de River, por el crimen del hincha Martín Gonzalo Acro, integrante del grupo antagónico, según informaron fuentes judiciales. La solicitud deber ser ahora resuelta por el juez de instrucción porteño Luis Rodríguez, quien tiene a su cargo la causa por el asesinato de Acro, que murió el jueves pasado, luego de haber sido baleado en la cabeza el martes último por la noche en el barrio de Villa Urquiza. La fiscalía pidió además que queden unificadas todas las causas judiciales que involucran a integrantes de “Los Borrachos del Tablón”, nombre identificatorio de la hinchada del club de Núñez.

Según las mismas fuentes, por el momento no hay pruebas sobre el asesino de Acro, quien secundaba a Adrián Rousseau, líder de la facción rival a la de los Schlenker. Acro, de 29 años, murió el jueves tras recibir dos días antes dos balazos en la cabeza y uno en el muslo, en una emboscada a la salida de un gimnasio al que concurría.

El acompañante de Acro en el momento del ataque, Osvaldo Matera, y dos testigos presenciales dijeron no estar en condiciones de identificar a los agresores, pero sí los dos vehículos en los que se trasladaban. La fiscalía que investiga el homicidio tiene el dato de que vehículos similares a los descriptos por los testigos eran utilizados habitualmente por la banda de los Schlenker.

Matera ya declaró ante la Justicia, pero “no aportó nada sustancial”. Sin embargo, podría ser citado nuevamente para que amplíe su testimonio, ya que los investigadores creen que tiene que haber visto a los asesinos, debido a que éstos usaron un arma calibre 22, lo que los obligó a disparar de muy cerca. Los otros dos testigos son personas que circunstancialmente pasaban por allí y vieron todo desde la vereda de enfrente, pero no estarían en condiciones de reconocer a los agresores. “Dicen que no pudieron verles las caras porque estaba oscuro y todo fue muy rápido”, declararon ante los investigadores, liderados por el fiscal Campagnoli.

En el velorio de Acro, ayer a la mañana, Rousseau y otros hinchas de su grupo agredieron a periodistas que cubrían ese episodio, mientras varios de los que ingresaban a la casa mortuoria se cubrían el rostro para evitar ser filmados por la televisión.

Hinchas fanáticos del club cruzaron en las últimas horas amenazas e invitaciones a pelear y advirtieron que la muerte de Acro, un joven de clase media acomodada y ex estudiante de periodismo deportivo, desataría una “guerra”. La interna brutal entre las facciones rivales se hizo notoria en febrero pasado, cuando ambos bandos protagonizaron una batalla campal en la zona de los quinchos de la institución, con al menos diez heridos de consideración. Luego de ese hecho, Acro fue despedido de River, donde trabajaba como empleado con un sueldo de 5750 pesos, a raíz de que la Justicia lo acusó de los cargos de daños y agresiones.

Un nuevo choque en el estacionamiento del estadio Monumental, en mayo pasado, dejó un saldo de tres heridos de arma blanca. Además, unos días después, unos desconocidos balearon el frente de la casa de Rousseau.