¿“Saben qué pasa? A ustedes no hay pedazo que les venga bien.” El escenario esta vez no fue una conferencia de prensa, sino el hall del Aeropuerto de Ezeiza. El protagonista, Alfio Basile, director técnico del seleccionado argentino, quien retornó de Europa, donde su equipo perdió 2-1 ante Noruega, se mostró auténtico y molesto.

“Acá la cosa es clara: no hay peor sordo que el que no quiere oír”, arrancó Basile. “Dos días antes, yo les dije a muchos de ustedes (señalando a los periodistas) que el partido servía para probar jugadores. Sólo para eso. Pero parece que no lo escuchan”, continuó.

Basile se paró ante un puñado de periodistas con unos anteojos oscuros, un saco claro y una bufanda blanca. Comenzó hablando del partido, pero después, con el correr de las preguntas y con la voz cada vez más elevada, se refirió a su labor como entrenador y a su relación con jugadores y clubes. “Estos partidos se juegan porque estaban programados hace cuatro años. Pero está claro que no se puede trabajar en dos o tres días, no hay tiempo. Es muy difícil”, dijo. Y puntualizó: “¿Saben qué pasa? A ustedes no hay pedazo que les venga bien. Cuando pruebo jugadores, se quejan porque no tienen ritmo; cuando no los pruebo, también dicen cosas. Acá se dicen miles de boludeces”.

Por otra parte, Basile reiteró que los partidos realmente importantes serán los que Argentina jugará a partir del 13 de octubre por las Eliminatorias: “La hora de la verdad será en las Eliminatorias, ahí tienen que esperar los resultados. Cuando juegue con el equipo que tenga definido como titular”.

Otro de los temas centrales que se desprendió de las primeras declaraciones de Basile fue su vínculo con los jugadores y la imposibilidad de poder trabajar con un grupo de futbolistas por un largo lapso. “No hay que engañar a la gente. Yo no puedo pedir cuatro jugadores a River, porque juega miércoles y domingo de acá hasta fin de año. ¿Qué me va a decir (José María) Aguilar?”, se preguntó el técnico. “La Selección ya no es más la prioridad. Ahora los jugadores valen 40 millones de dólares y son de los clubes, no te los van a ceder para que entrenen dos veces por semana”, asumió.

En una mezcla de resignación con sinceridad, Alfio Basile se ocupa, cada vez que habla, de dejar bien en claro las dificultades y los escollos de su labor. Su verdadero trabajo, como dice, se verá en las Eliminatorias. Y allí se acabarán las palabras.