Luego de un primer tiempo pobre y mal jugado, en la segunda parte llegaron todas las emociones juntas. Lo ganaba Vélez dos veces pero sobre el final, la especialidad del conjunto sanjuanino, San Martín lo dio vuelta y terminó festejando 3-2 un partido con varias polémicas y con un flojo arbitraje de Néstor Pitana.

Entre el mal estado del campo de juego y la poca claridad que tuvieron ambos equipos, el partido era aburrido, plagado de imprecisiones. En ese panorama, el equipo de La Volpe fue un poco más que los sanjuaninos, por lo menos tuvo las chances más peligrosas.

Los locales salieron a trabar el juego, con la idea de que el punto era valioso para sus pretensiones de mantener la categoría. Entonces el protagonista era Vélez. Con Zapata en el medio y con Escudero bien abierto sobre la izquierda, tratando de asistir a Silva y Balvorín. Justamente el ex Gimnasia de Jujuy fue quien estuvo más cerca de marcar en el primer tiempo, pero no estuvo preciso en el toque final. En la única que sí había podido meter la pelota adentro, el asistente anuló la jugada por posición adelantada.

Vélez no sabía cómo ganarlo y San Martín estaba conforme con el empate. El premio para el equipo de La Volpe llegó en la segunda mitad. Ambos mantuvieron su idea, pero los locales quedaron mal parados en una contra y terminaron pagando.

Sena fue por derecha a toda velocidad y se llevó puesto primero a Agüero y después a Brusco, metió el pase al medio para la entrada de Silva y el uruguayo puso el 1-0. Era lo más justo.

A partir del gol, los de Quiroz no tuvieron más alternativa que salir a buscar el empate. Y lo que a Vélez le demandó casi una hora para los sanjuaninos fueron sólo unos minutos. Brusco, de penal, marcó la igualdad con un buen remate a media altura al palo izquierdo de Peratta.

El equipo visitante parecía desmoronarse ya que un minuto después se quedó con diez por la expulsión de Silva. A los 75, Balvorín se tiró adentro del área, Pitana dio penal, y el mismo delantero puso el 2-1.

Esta vez sí parecía cerrado. Pero en las últimas dos pelotas, como en el ascenso ante Huracán, San Martín lo dio vuelta y se quedó con un partido por el que no había hecho mucho pero en el que fue contundente.