DEPORTES › OMAR HASAN TAMBIEN CANTA
El jugador del seleccionado argentino anuncia que se retirará en 2008 para dedicarse al canto profesionalmente.
› Por Diego Torres *
Omar Hasan es un soñador. “Soy barítono –dice–; estudio solfeo y mi sueño es cantar en La Scala o en el Metropolitan.” A sus 36 años, desearía poder interpretar a Marcelo, el pintor de La Bohème, para “una ópera a gran escala”. Mientras deja que su imaginación lo transporte por las arias de Puccini y Verdi, el hombre vive de arremeter, con los tacos clavados en el césped y los trapecios incrustados contra la cabeza de los adversarios. Desde hace más de dos décadas Hasan se ha especializado en hacer aquello por lo que, básicamente, le pagan: poner en funcionamiento su masa de 115 kilos de músculos, verdadera máquina de tracción y presión. En estos días actúa en la primera línea de Los Pumas. Disputa en Francia su tercer Mundial de rugby con la Selección Argentina.
El sábado, Los Pumas golearon a Namibia (63-3) en su tercer partido del torneo. Venían de imponerse a Francia, el anfitrión, y a Georgia, con dos exhibiciones de poderío, inteligencia para interpretar el juego y tenacidad. La racha de victorias coloca a los argentinos como favoritos, junto a Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica. Sólo la comparación tiene naturaleza de hazaña para un país donde el rugby es un deporte aficionado.
Hasan llegó a la Selección a mediados de los noventa desde un club de Tucumán, donde no cobraba por jugar. “Mi trampolín fue en 1997 –recuerda–, dos años después del comienzo del profesionalismo. En aquella época, a los que jugábamos en Los Pumas, la Selección nos servía de escaparate. No había ni agentes. Yo estaba de gira y me llamó un club de Australia. De ahí me fui a Francia. Hasta hace un año negocié sin firmar nada. Todo de palabra con los dirigentes.”
Omar Hasan tiene un año más de contrato con el Stade Tolousain, el subcampeón francés. “A partir de 2008 mi idea es dejar el rugby para dedicarme profesionalmente al canto lírico –señala–. “Por el momento estoy ensayando para grabar un disco de fusión de pop, música lírica y tangos. Quiero divertirme y ganar un poco más de experiencia antes de empezar a presentarme a las audiciones.”
Empezó en el coro de la escuela, con ocho años. Por entonces se aprendió de memoria las letras de Los Chalchaleros, grupo de folklore. Con diez años descubrió a Pavarotti y antes de ingresar en una escuela en Toulouse formó parte del coro universitario de Tucumán. Desde 1999 ha participado en diversas obras. Su última interpretación lírica fue Ajax II en La belle Hélène, de Jacques Offenbach, durante una minigira por el sudoeste francés. Sin embargo, Ajax II no le reportó tantas satisfacciones como los dos conciertos de tango que ofreció en Toulouse y Colomières. “Llené dos salas con aforo total para 900 espectadores –dice orgulloso–. Fue mi primera incursión en el tango, un género del que no soy especialista, pero que, como todo argentino, llevo en la sangre. Canté veinte tangos de Gardel, Mariano Mores, Astor Piazzolla, y alguno más de la vieja guardia.”
Durante dos meses, Hasan sólo cantará para sus compañeros en el vestuario. Aunque pueda parecer doloroso pasarse los partidos chocando contra la primera línea de gigantes del contrario, el jugador habla de la experiencia con cariño. “Desde chico me gustaba el impacto –dice–, y a los 36 años lo sigo disfrutando. No tengo dolores.”
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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