Para que un equipo consiga logros importantes se suele decir que todas las patas deben estar firmes: los dirigentes, el cuerpo técnico, los jugadores y los hinchas. En los últimos años, Lanús siempre fue calificado como un ejemplo dentro del fútbol argentino, pero nunca logró dar el golpe ansiado. Con Ramón Cabrero como el técnico que más perduró en su cargo –está desde noviembre de 2005– y con un equipo que une a jugadores de experiencia con jóvenes surgidos de las inferiores club, Lanús está a sólo un punto del líder Independiente, puede quedar como único puntero esta noche si vence a San Martín de San Juan y se ilusiona con salir campeón por primera vez en su historia.

“En lo deportivo hay una expectativa muy grande, tanto en el club como en toda la ciudad”, le aseguró a Página/12 Alejandro Marón, presidente de la institución. “Lanús es un club de muchos años, pero en su historia no tuvo tantas chances como la que tiene en este momento. Estamos terminando con un proyecto que llevó veinte años, y esto los dirigentes lo sentimos como un plus. Nunca nos gustó ponernos el mote de club modelo, tratamos de mantener la humildad y de conseguir una solidez económica y financiera en la institución”, afirmó Marón, que asumió en 2003 con sólo 39 años y se convirtió en el presidente más joven de los veinte equipos de Primera. Con Cabrero como entrenador, el equipo ingresó dos veces a la Copa Sudamericana y hoy, mientras pelea el Apertura, espera el primer semestre de 2008, en el que jugará por primera vez la Copa Libertadores.

–¿Es más difícil salir campeón con un club ordenado?

–Sí, no tenga dudas. Es más simple ser campeón con un club con deudas. Si comprás a los mejores jugadores y gastás hasta lo que no tenés es probable que consigas un título, pero también que el club quede en una situación complicada. A nosotros nos gusta conseguir los logros sin empeñar al club, por eso se continúa un mismo proyecto. Cambian los nombres, pero la mentalidad y la finalidad son siempre las mismas. El ejemplo es la cancha. En Lanús cada uno de los que estuvo como presidente le agregó algo al estadio, lo mejoró y hoy podemos tener el estadio que tenemos.

–¿Un buen trabajo institucional sólo se valora si se plasma en logros deportivos?

–Sí, pero es normal. En este país a la gente lo único que le interesa son los resultados deportivos. No le importa si vos debés 10 millones o si tenés esa plata en el banco. Siempre digo lo mismo: en Lanús, los resultados van a llegar por decantación.

–En los últimos torneos, Lanús estuvo en el lote de arriba pero siempre le faltó algo. ¿Nota algo diferente en este presente?

–Hay una comunión muy grande entre todos. Se dio una generación de jugadores con un gran sentido de pertenencia con el club. Hay muchos chicos que nacieron en esta institución y los grandes también están hace varios años. Lo mismo ocurre con el técnico, que conoce perfectamente al club y a los jugadores. Esto no es normal que suceda, se da muy pocas veces, pero por suerte se pudo lograr.

–¿Qué siente como presidente cuando escucha tanto al técnico como a los jugadores que hablan de una posibilidad concreta de ser campeones?

–Me reconforta. Siempre recuerdo la misma escena: hace un par de torneos el equipo empató la última fecha ante Vélez y salió subcampeón, pero en el vestuario estaban todos llorando porque no habían entrado a la Copa Libertadores. Cuando vi eso, lo primero que hice fue saludar y felicitar a uno por uno. Ahí estaba el germen de este presente.

–¿Ganar el torneo sería el broche de un proyecto exitoso?

–Si salimos campeones se premiará el trabajo a largo plazo. Muchas veces ves a otros equipos que se endeudan con tal de lograr el objetivo y lo consiguen. Pero ésa no es la mejor manera de hacer las cosas.

Entrevistó: Mariano Verrina.