Mar 23.10.2007

DEPORTES  › EL FINLANDES FESTEJO COMO ACOSTUMBRA, CON FRIALDAD

Kimi Raikkonen inauguró la Era del Hielo en la Fórmula 1

Ni siquiera una hazaña como la que supone conquistar un título mundial parece haber conmovido al piloto de Ferrari.

Pocas veces en la historia de la Fórmula 1 se vio un contraste tan grande. El título del campeonato del mundo conquistado por el finés Kimi Raikkonen en el Grand Prix de Brasil hizo estallar una ruidosa fiesta en las filas de Ferrari, pero el “hombre de hielo”, como lo llaman con propiedad en Europa, no se inmutó: siguió callado, sin que se le escaparan demasiadas sonrisas.

“En lo que a fiestas se refiere, Ferrari y Kimi Raikkonen son totalmente opuestos. Mientras los italianos pierden el control, el finés mantiene la frialdad de siempre”, comentaban ayer los diarios brasileños. Parece que no se puede esperar mucho más del piloto que, en la tarde de su debut en la Fórmula 1, en el Grand Prix de Australia de 2001, se fue a dormir la siesta una hora antes del comienzo de la carrera... para despertarse veinte minutos antes de salir a la pista.

Si el título de 2007 fue un alivio después de los dos subcampeonatos en 2003 y 2005, Raikkonen no lo dejó traslucir. Apenas campeón, se permitió un festejo discreto: un gesto de victoria con la mano cerrada y alguna que otra sonrisa. Los mecánicos e ingenieros abrazaban al nuevo campeón con entusiasmo, entonando canciones conocidas, con la aparente esperanza –frustrada, desde luego– de convencer al finés de sumarse al coro.

El francés Jean Todt, jefe de la escudería, se sumó al estilo italiano y saltaba feliz. Al contrario de los otros candidatos al título –el inglés Lewis Hamilton y el español Fernando Alonso–, el finés estaba solo en Interlagos: su esposa, la modelo Jenni Dhalma, permaneció en Helsinki y siguió la hazaña del piloto por televisión. El matrimonio de Raikkonen pasó por varias etapas conflictivas y fue el motivo de un par de borracheras públicas del piloto cuando todavía corría para McLaren. “Los diarios escribirán lo que quieran ahora que soy campeón –dijo el finlandés el domingo–, pero yo seguiré viviendo mi vida.”

Después de la carrera, Raikkonen participó brevemente en la fiesta realizada en el box del equipo: aceptó una cerveza ofrecida por un agente de seguridad y luego se marchó al hotel. Reapareció alrededor de la medianoche en el Jockey Club de San Pablo, donde Ferrari celebró el inesperado logro con una fiesta que terminó en la madrugada. Raikkonen regresó a su hotel alrededor de las 6 y pidió prorrogar un día más su permanencia en la ciudad brasileña.

La frialdad del campeón impresionó a todos en Brasil. Una aficionada de la Fórmula 1 se quejó de que el finés se negara a recibir un oso de peluche que deseaba regalarle. Un mecánico de Ferrari reveló a O Globo que en la escudería ya nadie se sorprende por la conducta del “hombre de hielo”: “El es así. Apenas saluda a la gente, parece que está siempre de mal humor. Al principio nos pareció raro, pero al final nos acostumbramos”, afirmó. ¿Comenzó la Era del Hielo en la Fórmula 1?

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