DEPORTES › PEDRO LAMY RECUERDA SAN MARINO ‘94
El piloto portugués corría para Lotus y estuvo en el trágico fin de semana en el que se mató el brasileño. Ahora corre con Peugeot en la Le Mans Series y hoy puede ganar el campeonato.
› Por Pablo Vignone
Desde San Pablo
“Imola ’94 fue el peor fin de semana de la historia del automovilismo.” El portugués Pedro Lamy sabe bien de lo que habla: con su Lotus fue uno de los protagonistas del choque en la largada de aquel Grand Prix de San Marino de Fórmula 1, un día después de la muerte del austríaco Roland Ratzenberger, seis vueltas antes del accidente que le costara la vida a Ayrton Senna. “Fue un período negro, el peor momento de mi vida –recuerda Lamy–. Yo tenía una relación con Ayrton, por el idioma. Yo creo que él murió instantáneamente en el accidente. Después de la carrera, todos nos decíamos ‘está bastante mal’, porque no queríamos aceptar lo que era evidente y nadie daba la noticia.” Dos semanas después de aquel instante trágico, el portugués se quebró ambas piernas en un tremendo accidente en Inglaterra y su carrera en F-1 comenzó a desvanecerse.
Lejos ya, desde 1996, de la máxima categoría del automovilismo –que hace tres semanas definió aquí su Mundial 2007–, Lamy largará hoy desde la pole position las Mil Millas Brasileñas, la carrera que puede darle el título de la Le Mans Series, el campeonato de coches Sport Prototipo que son tan rápidos como los de Fórmula 1 y que les abren camino a las nuevas tecnologías en ingeniería de competición.
El coche de Lamy es un Peugeot 908 HDi FAP de motor diesel, que produce 750 HP sin hacer escándalo. “Es tan escaso el ruido que provocan estos coches que en la pista se escucha más el chirrido de los neumáticos cuando doblás que el del motor cuando acelerás”, le cuenta el portugués a Página/12. Con este auto, fue segundo en las pasadas 24 Horas de Le Mans.
En Interlagos, donde hoy los coches de la Le Mans Series completarán 374 vueltas en poco más de 9 horas, los Peugeot 908 son casi 4 segundos más veloces que su competencia naftera. “Estos diesel siempre tienen potencia para acelerarlos”, reconoce Lamy, que comparte su coche con el francés Stéphane Sarrazin, ex piloto de F-1 y de rally, que también puede consagrarse hoy campeón.
El español Marc Gené, piloto de pruebas de Ferrari en F-1, manejará el segundo Peugeot 908, en pareja con el francés Nicolas Minassian. “El auto llega a los 340 km/h: el 908 es seis segundos más lento que una Ferrari de F-1, pero porque pesa casi media tonelada más –razona con conocimiento–. Con el mismo peso, sería más veloz. En la recta de Interlagos, a causa de tener las ruedas tapadas por la carrocería, ya es más rápido que un F-1.” Y asegura: “El año que viene, cuando los Fórmula 1 no tengan ayudas electrónicas, estos Sport Prototipos serán más sofisticados”.
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