La aspiración de Boca de contar con Juan Román Riquelme en el Mundial de Clubes de Japón quedó descartada, luego de conocerse una negativa oficial de carácter definitivo por parte de la Federación Internacional (FIFA). “La FIFA se encuentra en condiciones de confirmar que el mediocampista de la Selección de Argentina no podrá participar en la Copa Mundial de Clubes a disputarse próximamente en Japón”, señaló ayer la página oficial del ente rector del fútbol mundial en Internet. La novedad golpeó duro a todo Boca, que anhelaba tener al volante ofensivo en el Mundial de Clubes que comenzará este mes.

Boca había hecho en las últimas horas gestiones para cambiar la decisión de la FIFA, pero ayer se conoció el no definitivo. Riquelme no podrá participar de esa competencia debido a que Boca no lo incluyó en la lista preliminar de 30 futbolistas, presentada a principios de noviembre. De todos modos, Riquelme viajará el miércoles próximo a Japón junto al resto de sus compañeros para estar junto al grupo en el último objetivo del club en el año.

El ex jugador de Villarreal de España se entrenó ayer con el plantel de Boca, que mañana enfrentará a Lanús, en un partido clave para la definición del torneo Apertura, en el que Boca se quedó sin chances luego de perder 2-1 frente a Tigre. Riquelme se movió a la par del resto de sus compañeros y en la práctica de fútbol informal convirtió un gran gol que fue aplaudido por los más de 50 hinchas que estuvieron en el predio de Casa Amarilla. Para marcar ese tanto, Riquelme dejó atrás a dos defensores, y le pegó a la pelota con un derechazo cruzado que superó al arquero Mauricio Caranta.

La distensión y el buen humor general fueron las características dominantes en el entrenamiento. A las 9.35, Riquelme entró al campo principal de Casa Amarilla junto con Martín Palermo y Hugo Ibarra, los otros dos grandes referentes del grupo, y de inmediato comenzó el trabajo, primero con dos rondas de jugadores que cumplieron con el clásico “loco” para el calentamiento muscular.

Después de una sesión de ejercicios físicos a las órdenes del profesor Guillermo Cinquetti, los jugadores realizaron una práctica de fútbol reducido en un costado del campo y luego otra, con tres equipos de ocho jugadores cada uno, alternándose en canchas de cuarenta metros por todo el ancho. Riquelme, después de aquel golazo, cumplió con las tareas comunes a la mayor parte de sus compañeros y, finalizada la labor, vistiendo remera verde, se retiró por la playa de estacionamiento que da a La Bombonerita, respondiendo a todos los pedidos de autógrafos, fotografías y saludos, pero sin realizar declaraciones.