El plantel de Boca ya tiene la cabeza en el Milan, en lo que será la gran final del domingo. Luego de observar la victoria de los italianos ante el Urawa Red Diamonds, el conjunto de Miguel Russo completó sus entrenamientos en Yokohama, buscando la manera de neutralizar a Kaká, la pieza clave del partido, según lo admitieron en los dos equipos. Y más allá del mayor potencial de los campeones de Europa, los jugadores de Boca reconocieron que preferían al Milan, para jerarquizar una hipotética victoria.

“Siempre se dijo que la final la iban a jugar Boca y el Milan y la verdad es que nosotros queríamos enfrentarlos. Pero ellos también pretenden sacarse la espina que les quedó de 2003”, comentó Ibarra, uno de los referentes del plantel de Miguel Russo. “Ellos han dicho que vienen por la revancha y nosotros estamos muy motivados, porque no hay nada más lindo que jugar una final de un mundial ante el rival más poderoso. Eso es lo que nos gusta a nosotros y nos agiganta”, dijo Ibarra.

Sobre las virtudes del rival, Alvaro González dejó en claro la necesidad de controlar a Kaká para que Boca tenga chances de triunfo. “Si juega suelto, es muy peligroso. Hay que presionarlo y hacerlo jugar incómodo para que todo sea más fácil. Puede ir por cualquier sector de la cancha y habrá que estarle encima para que no haga diferencias”, señaló el volante uruguayo, que lucha con Pablo Ledesma por el lugar que dejará el expulsado Fabián Vargas en la mitad del campo.

En coincidencia con el análisis del volante boquense, Carlo Ancelotti también expresó la trascendencia que tendrá el jugador brasileño en el encuentro: “Su incidencia es fundamental. Será clave su rendimiento”.