El clásico más antiguo del fútbol argentino, que a lo largo de más de siete décadas vienen protagonizando Racing y River, se jugará finalmente mañana en el estadio de Vélez Sársfield y con público, según lo resuelto anoche por la Confederación Sudamericana (CSF). La decisión modificó otra inmediatamente anterior, surgida a media tarde, cuando el club de Avellaneda decidiera, con el aval de la CSF, actuar en su cancha y a puertas cerradas, en este cotejo inaugural de la Copa Sudamericana. Todo muy prolijo...
En el juego de intereses que derivaron en esa primera decisión aceptada por el organizador del certamen, la CSF, y confirmada en principio por su secretario general, Eduardo Deluca, tuvieron que ver dos factores concatenantes: la avidez económica y el desprecio por el público. En el primer punto fue en el que obviamente se fijaron las partes para tomar esa rápida postura, ya que sus ingresos televisivos están asegurados: el partido será emitido mañana en directo por Fox Sports desde las 21.05. De hecho Fox Sports (y TyC Sports) organiza la competencia y la solventa económicamente, tras un acuerdo suscripto con la CSF, reemplazando de esta manera a las extintas copas Merconorte y Mercosur.
Pero en lo que no repararon los gestores de esa iniciativa fue en lo sustancial, lo que poco tiene que ver con el dinero pero es esencia del fútbol: el hincha. Fue entonces cuando la presión proveniente de distintos sectores –entre ellos de la prensa, pero especialmente de la omnipotente televisión– terminó torciendo la voluntad de los dueños de Blanquiceleste S. A. También resultó curioso que todo esto sucediera a instancias de un club “gerenciado” (o encubiertamente privatizado), que como tantas otras sociedades anónimas no cumple con sus compromisos públicos e instala nuevas reglas de mercado a espaldas de la gente. Porque para llegar a ese hecho sin antecedentes existió un incumplimiento de la entidad de Avellaneda, al no tener disponible el sistema de video exigido para estadios con capacidad para más de 25.000 espectadores.
Antes de tomar esta resolución se había barajado otro escenario, el estadio municipal de Salta, que no fue aprobado por Racing. Cuando esas alternativas se agotaron, surgió entonces la de las “puertas cerradas”, aceptada por Racing aunque no compartida por River. “La verdad es que el fútbol sin hinchas no es fútbol. River no está de acuerdo con esto, perodebe acatar lo resuelto por la CSF y el organizador del partido, que es Racing. Si Mario Gallina (secretario de Seguridad bonaerense) no autoriza la cancha de ellos, no es nuestra culpa”, se había excusado ante la prensa José María Aguilar. Por eso, finalmente, fue tan saludable que se resolviera jugar el partido en Vélez. Más vale tarde...