El seleccionado argentino de básquetbol ya se encuentra entre los cuatro mejores del 14º Campeonato Mundial que se juega en Indianápolis. Invicta en siete partidos, Argentina enfrentará hoy a Alemania en el estadio Conseco Fieldhouse, desde las 15.15 (televisa ESPN+ en directo), para buscar su segunda final de la historia (la anterior la ganó en el Luna Park, en 1950). Posteriormente, en la otra semifinal, chocarán Yugoslavia y Nueva Zelanda, un duelo en el que los europeos son amplios favoritos, más aun luego del muy buen juego desplegado en los tres últimos enfrentamientos y con la aparición en la noche del jueves, en el último período ante el Dream Team V, del polifuncional Dejan Bodiroga.
Argentina y Alemania ya se enfrentaron en la segunda ronda el martes pasado y el triunfo (86-77) de los dirigidos por Rubén Magnano fue claro y sin complicaciones. El seleccionado nacional pudo contener sin problemas a Dirk Nowitzki, bien marcado por Wolkowyski, y los europeos no pudieron compensar ese déficit. Luego de la victoria ante el Dream Team, Argentina se convirtió en candidato al título –junto con Yugoslavia– para los especialistas y para el público en general.
Sin embargo, Alemania es un rival de cuidado y cuentan con el hasta ahora mejor jugador del torneo, el versátil y talentoso Dirk Nowitzki (2,13 metros). El alero de Dallas Mavericks, uno de los mejores jugadores de la NBA, es el líder de puntos del mundial (23,9) y marcha entre los principales reboteros (7,9). Los jugadores de origen nigeriano Ademola Okulaja y Misan Nikagbate, el grandote Patrick Fermeling (2,13), el escolta Marko Pesic y el alero Stefano Garris también son importantes en el esquema del entrenador Henrik Dettman.
Pero hay otros antecedentes. Además del cruce en la segunda fase Argentina se midió también con los alemanes en el Mundial de Canadá 1994, cuando lo superó con comodidad por 85-67. El único jugador que estuvo en aquel enfrentamiento y jugará hoy es el alero germano Henrik Rodl.
Con antecedentes favorables, la experiencia inmediata del partido anterior y un repertorio de recursos y variables mayor que su rival, el equipo de Magnano y de todos hoy puede llegar a la final.