José Acasuso logró revertir un mal arranque ante el ruso Igor Andreev y se metió entre los cuatro mejores del ATP de Buenos Aires. Tras un inicio con muchas imprecisiones, el misionero ganó 3-6, 6-1, 6-3 y jugará en semifinales ante el italiano Filippo Volandri, que venció a Agustín Calleri por un doble 6-4.

Con apenas un puñado de hinchas en la tribuna y con el cielo amenazando con ser un protagonista más, Acasuso fue el primero en saltar a la cancha central del Buenos Aires Lawn Tenis. Y en ese contexto, el juego del argentino fue como la lluvia, apareció de a ratos.

El misionero se encontró a un rival extraño: porque Igor Andreev por momentos parece estar en la élite del tenis ya que combina su muy buen servicio con derechas potentes y un revés sólido; pero en otros tramos falla pelotas increíbles que desconciertan a todo el mundo. Así fue el encuentro, con picos altos para uno y para otro.

El primer set mostró a un Acasuso incómodo y a un Andreev muy sólido. El ruso no tuvo grietas con su servicio (83 por ciento de primeros saques) y aprovechó los errores del argentino para quedarse con el parcial por 6-3. Pero a partir del segundo set todo se revirtió. El misionero se metió más en la cancha, empezó a soltar su derecha y fue letal en los momentos decisivos: quebró en las dos oportunidades que tuvo y ganó con un contundente 6-1. En el tercero todo fue parejo hasta el séptimo game, en el que el argentino otra vez pudo quebrar y empezó a liquidar un partido que se podía haber complicado mucho más.

Su rival en semifinales será el italiano Volandri, que se aprovechó de un Agustín Calleri muy impreciso y le ganó por un doble 6-4. Como casi siempre sucede cuando juega el cordobés, mucho depende de cómo esté su derecha para entender el trámite del partido. Cuando conecta firme y seco no hay oposición que valga, hasta parece que va a romper la lona que rodea la cancha; pero cuando no puede impactar bien sucede lo que pasó ayer, engancha muchas bolas y termina fastidiándose porque no logra imponer su juego. Esto se notó en las nueve chances de quiebre que tuvo, en las que generalmente se apuró y no eligió la mejor opción. Volandri, en tanto, no mostró un gran nivel pero su mejor virtud fue ser prolijo todo el partido y aprovechar la mala tarde del argentino.