Su corto paso en el fútbol local y su extensa carrera en el Viejo Continente generaron alrededor de Redondo una pátina de jugador de Selección, sin encasillarlo con una camiseta en particular. Hoy pasa la mayor parte de su tiempo en Madrid, pero disfruta al máximo cada vez que vuelve a su país y, a pesar de haber renunciado un par de veces a integrar el seleccionado, cuando la dirigieron Bilardo y Passarella, respectivamente, confirma el respeto del público.

–¿Qué cosas del fútbol argentino hacen falta en Europa y qué cosas de Europa le gustaría que adquiera el fútbol argentino?

–Argentina sigue dando muy buenos jugadores y es una realidad que se necesitan en Europa, eso va a seguir ocurriendo. En cuanto a lo otro, no digo que no llegue nunca a la Argentina, pero sí me gustaría que se pueda disfrutar el fútbol como en Europa. Las infraestructuras son distintas, la organización, cómo trabajan en divisiones inferiores. Además me gustaría ver los estadios llenos, no sólo de hombres sino también de mujeres. El fútbol allá es un espectáculo, casi no hay hechos de violencia y uno cuando va a la cancha, va a disfrutar. Todo eso me gustaría que ocurriese en la Argentina.

–¿El hincha común lo ve como un bicho raro dentro de este ambiente?

–No, no creo. La realidad es que mis idas y vueltas con la Selección fueron el único punto en el que la gente pudo haber dicho algo. Pero realmente sobre ese tema yo siempre fui muy respetuoso y sinceramente cuando estoy en la Argentina la gente me demuestra mucho cariño y respeto. Eso lo valoro muchísimo.