Los hechos de violencia sucedidos el domingo pasado entre los barrabravas de River podrían desembocar en una sanción al club no sólo del Gobierno de la Ciudad, sino también a nivel nacional. El Consejo del Deporte, dependiente de la Jefatura de la ciudad a cargo de Mauricio Macri, podría pedir que el equipo juegue a puertas cerradas en el estadio Monumental y también que sus hinchas no puedan concurrir cuando se presente en condición de visitante. Estas medidas se aplicarían por tiempo indeterminado, hasta ver cómo se desarrollan los hechos de aquí en adelante. La AFA también someterá a análisis la situación, pero seguramente esperará para que River haga su descargo.

Para evitar el descuento de puntos, la institución cuenta a su favor con que el partido se jugó, más allá de que la cúpula de la AFA no es partidaria de esas medidas punitivas. Los descuentos que le hicieron a Almirante Brown, por los incidentes entre sus hinchas en la final de la Primera B Metropolitana del año pasado, y de Chicago, por los disturbios que luego derivaron en la muerte del hincha de Tigre Marcelo Cejas en la Promoción, se dieron en medio de fuertes presiones que en su momento tuvieron varios impulsores, entre ellos Javier Castrilli, titular de la Subsef (Subsecretaría de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos). Pero en esta ocasión, Castrilli no insinuó pedir descuento de puntos.

Por su parte, el ministro de Seguridad y Justicia, Aníbal Fernández, defendió la tarea de la Policía Federal, a su cargo, y negó que hubiera habido zonas liberadas. “El que dice zona liberada es un ganso que no entiende nada y les rogaría a los que no saben que no opinen más, sobre todo a los que son periodistas deportivos. Que sigan hablando de fútbol, que a lo mejor entienden algo de fútbol, pero no entienden nada de seguridad, que no opinen”, cuestionó.

Por otro lado, Fernández consideró como algo no sencillo de detectar que algún hincha hubiera pasado con alguna navaja por el cacheo. Y agregó: “Sabe Dios dónde pudo haberla entrado (por la navaja), porque el cacheo se hizo a un extremo superlativo”.