Mié 23.04.2008

DEPORTES • SUBNOTA  › EL PAPEL DE LOS HINCHAS DE BOCA EN PARTIDOS CLAVE

Ese aliento que se mide en latidos

› Por Juan José Panno

Al hincha de Boca le gusta esta clase de partidos. Se siente protagonista, parte esencial del espectáculo, el verdadero jugador número 12. Y así como la Bombonera no tiembla, late, el hincha de Boca no alienta, empuja con fuerza de vendaval, hace avanzar a los propios y retroceder a los contrarios.

La noche de ayer tiene antecedentes con resultados más dispares. La gente, se recuerda, impulsó el pie derecho de Ibarra hace un par de años en un partido en el que Boca con nueve jugadores le ganó a Banfield y se metió medio título en el bolsillo. La gente (aunque esa vez no tanto como el propio rival) ayudó a que Boca le metiera más goles de los que necesitaba el año pasado al Bolívar.

La gente casi produce el milagro en otra noche de Copa de lograr que Boca venciera a Olimpia en el ’88. El equipo que dirigía Pastoriza perdía 2-0, al final ganó 5-3, aunque luego terminó perdiendo en los penales.

El peso de la gente se multiplica en ese estadio, pero a veces no alcanza. No fue suficiente para que Boca le metiera dos goles a Newell’s en la final del ’91. Esa vez ganó 1-0, fueron a penales y el ídolo de aquella tarde cubierta de barro fue Scoponi, el arquero de Newell’s.

En la mismísima Bombonera, y con un aliento impresionante como el de anoche, los veteranos no olvidan que la Selección Argentina se quedó sin el Mundial del ’70, cuando empató con Perú.

“Esta noche, cueste lo que cueste, esta noche tenemos que ganar”, suelen cantar como himno de guerra los hinchas boquenses. En el ’91 cambiaron la letra y cantaron “esta noche, cueste lo que cueste, esta noche tenemos que empatar”. Es que con ese empate Boca (jugaba con Oriente Petrolero) dejaba afuera de la Copa nada más y nada menos que a River.

Ayer volvieron a cambiar la letra. Cuando llegó la noticia del gol de Colo Colo, que obligaba a Boca a obtener una diferencia de gol de cuatro tantos, algunos cantaron “esta noche, cueste lo que cueste, esta noche tenemos que golear”.

El hincha de Boca sabe de su influencia, pero también sabe que allá adentro, el más importante de todos es su conductor. Por eso, un instante antes de comenzar el partido el grito de “Riquelme, Riquelme” resonó por los cuatro costados del estadio.

Ganó Boca por los goles de Paletta, Dátolo y Riquelme, y se clasificó ayudado por el empate que Atlas le sacó a Colo Colo en el Monumental de Santiago y por los gritos de su gente, que llegaron hasta Chile.

Nota madre

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