DEPORTES • SUBNOTA › SESENTA MIL FANáTICOS OVACIONARON AL ROSARINO, QUE NO JUGó
Fue una fiebre: los espectadores se olvidaban del partido para vitorear al futbolista, que saludaba desde el banco. Sergio Batista tuvo que pedir disculpas por no ponerlo y los hinchas terminaron dejando medio vacío el estadio.
El Estadio de los Trabajadores de Beijing se convirtió en un escenario teatral que idolatró a Lionel Messi. El basquetbolista estadounidense Kobe Bryant se sumó a los 60 mil espectadores chinos que gritaron insistentemente “Messi”, “Messi”, durante el partido. El nuevo idilio entre Messi y Bryant sumó otro capítulo en el entretiempo, cuando el argentino le arrojó su camiseta albiceleste a la estrella de la NBA. Bryant, ubicado en el palco del estadio, la recibió encantado.
Pero la fiesta no fue completa, porque el delantero del Barcelona no jugó ni un minuto. Los espectadores esperaron con paciencia la inclusión de Messi pero, al ver que Batista pensaba lo contrario, comenzaron a desalojar lentamente el estadio. En el minuto 90, las tribunas estaban ocupadas sólo al 50 por ciento.
En todo momento, el público dejó en claro que, más que ArgentinaSerbia, lo que realmente le interesaba era ver a la Pulga. Y cinco veces, en el primer tiempo, lanzó el grito “Meeessi, Meeessi”. A los 12, 17, 23, 34 y 37 minutos, el partido se convirtió en una excusa: lo más importante pasó por las tribunas, de las que salían los cantos de idolatría para el futbolista argentino.
Antes del encuentro, sentado en el banco de suplentes, Messi intercambió un saludo a la distancia con su adorador más famoso, Bryant. El futbolista, en el campo de juego, y el basquetbolista, en la tribuna, se saludaron con sus pulgares hacia arriba. “Vino a ver el partido, me saludó desde la tribuna... Un maestro, Kobe demostró que es un grande de verdad”, dijo más tarde el rosarino.
La ausencia de Messi entre los titulares no sólo decepcionó a los chinos y a Bryant, sino también a periodistas que no suelen tener la oportunidad de ver al futbolista en acción. “Me siento un poco frustrado”, reconoció Nasimul Hasan Dodul, enviado de la televisión de Bangladesh. “Quería ver a Messi”, explicó.
“Sé que la gente quería mirar jugar a Messi, por eso le pido perdón. Pero yo tenía que decidir en función de Argentina. Los futbolistas están jugando cada tres días, y tienen que descansar”, explicó Batista. “Nosotros tenemos que jugar el sábado contra Holanda sin margen de error: si perdemos, quedamos eliminados. Ese partido era más importante que el de hoy”, agregó el entrenador, en tono de disculpas, por haber evitado el deseo de 60.000 personas: ver jugar a Messi, aunque fuera un segundo.
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