Los jugadores le querían pegar a la pelota y sólo levantaban agua. Jugar era imposible. Por eso Saúl Laverni decidió la suspensión. “Creí que ése era el momento justo porque a esa altura la pelota ya no rodaba, fue una decisión personal”, afirmó el árbitro, que ya elevó el informe a AFA para que el Comité Ejecutivo decida cuándo se terminará de jugar el clásico.

Sin embargo, la determinación levantó polémica. Porque del lado de San Lorenzo, algunos futbolistas como Orion señalaron que el partido se tendría que haber parado a los cinco minutos ,“cuando la pelota no corría”. De todas maneras, a pesar de esas quejas, los entrenadores y jugadores de ambos equipos coincidieron en que no se podía jugar. “Cayó demasiada agua y llovió como si nunca hubiese llovido”, dijo Russo, quien al igual que Cappa sostuvo que “no se podía ni caminar” en el campo de juego. “Es una lástima que se haya interrumpido este partido porque estábamos jugando muy bien y ya habíamos encontrado la ventaja”, sostuvo el DT de Huracán.

Más allá de la suspensión, lo que preocupa a la dirigencia de Huracán es el dinero que tendrán que gastar para realizar otro operativo de seguridad. Babington propuso que se juegue el próximo martes y Savino estaría de acuerdo. Pero para ello tendrían que acordar un nuevo trabajo con la policía y definir quién se hará cargo del operativo, ya que los de Parque Patricios ya pagaron 120 mil pesos.

Informe: N. S.