La pelea entre las facciones de Boca podría tener más episodios violentos: el jefe rival William Richard Laluz Fernández prometió “sacarle los ojos” al actual líder de la barra, Mauro Martín, quien a través de un vocero negó haber estado presente durante los incidentes. “Lo que yo vi ayer no lo vi nunca en 40 años –dijo Laluz a La Red–. Encima yo fui con mis tres hijos y a uno lo lastimaron. Mi mujer me dijo que le arranque los ojos a Martín y eso voy a hacer”, prometió el barra. “Nos encontramos a 300 kilómetros, 500 kilómetros y el que queda, queda. No como pasó, donde había chicos y esta pobre señora”, insistió.

“Estaba todo armado, tenía la zona liberada y entraron a los tiros delante del patrullero”, afirmó Laluz, quien sostuvo que Martín estaba en la disputa vistiendo una remera roja y que “obviamente” se cambió cuando fue a la cancha, donde habría sido visto con otra indumentaria. “La zona del Parque Lezama estaba liberada, mediante un pago –acusó–. Martín estaba disparando desde un patrullero.”

El abogado del jefe de la barra habló por Martín: “Me dijo que iba en un auto hacia la cancha con su hermano y dos amigos por la autopista 25 de Mayo cuando se enteró de los incidentes. Tiene un ticket que lo comprueba”, aseguró. “Yo me comuniqué telefónicamente con él durante el partido –continuó– y ya estaba en la casa de su madre, a donde se dirigió por temor a represalias.” De esa manera, el abogado desestimó que Martín hubiera concurrido a la cancha a ver presenciar el partido, que se jugó cinco horas después de los episodios.

Según el letrado, Martín se ofreció a prestar su declaración, pero cuando se comunicó con la fiscalía le respondieron que no sería necesario.

El negocio de la barra brava en Boca deja buenos márgenes de ganancia. Mensualmente reciben 20 mil pesos para viajes y unas 2000 entradas por partidos. Controlan los estacionamientos en las proximidades del estadio y han encontrado, inclusive, una nueva fuente de ingresos: cobran en dólares a los turistas que se animan a ver un partido de Boca desde un paraavalanchas.