La decepcionante actuación argentina ante los bolivianos fue producto de un nivel colectivo llamativamente bajo, y ni siquiera la estrella Lionel Messi pudo resaltar sobre el resto. Fernando Gago apareció apenas como el único que pudo mantener la regularidad, a partir de lo entregado ante Venezuela. Un repaso de las individualidades pinta lo acontecido:

Carrizo (4): Comenzó siendo el hombre más destacado, y lentamente se fue apagando hasta terminar con dudas. Su llanto del final no se explica sólo por la derrota, sino también por su falta de reacción en algunos goles. En el primer tiempo respondió bien ante un remate de Martins, de media vuelta y, dos minutos más tarde, otra vez tuvo que aparecer para despejar un tiro de Da Rosa. Luego de controlar un cabezazo de Botero y un tiro de Da Rosa, no pudo retener la pelota en la jugada que terminó en penal. El jugador de Lazio le ganó dos veces el duelo a Botero, pero reaccionó tarde en el sexto gol boliviano y la pelota le pasó por abajo.

Zanetti (3): Estuvo demasiado contenido en su sector y no se mostró como salida por la derecha. Para colmo, hizo la falta sobre Da Rosa que el árbitro sancionó con penal y no llegó a cerrar a tiempo en el cuarto gol boliviano. La corrida ante Venezuela el sábado pasado, que terminó en el gol de Messi, quedó demasiado lejos en la memoria.

Demichelis (4): Muy inseguro en el centro de la defensa, a favor tuvo apenas haber cruzado bien cuando se trasladó hacia los laterales. Botero lo superó en velocidad fácilmente para marcar el quinto gol.

Heinze (3): Tuvo demasiados inconvenientes para detener a Martins y Botero. Además, abusó de los pelotazos para salir desde el fondo. En el final recurrió al juego brusco para quitarles la pelota a los rivales.

Papa (4): Se lo vio nervioso en el inicio y se fue afirmando recién al final del primer tiempo. Transmitió actitud positiva a pesar de sus imprecisiones. En el primer gol de Bolivia, no pudo detenerse para controlar a Martins, y luego tardó en recuperar la posición ante Botero, en la jugada que derivó en el tercer tanto.

González (4): En su primera aparición del juego, marcó el gol argentino con un remate desde afuera del área, donde también tuvo colaboración del arquero. Después no pudo aportar manejo en la mitad de la cancha, y Argentina sintió la falta de un jugador que pudiera ofrecer claridad.

Mascherano (4): No incidió en la lucha del mediocampo y se vio superado por Torrico y Ronald García. Puede ser que haya sentido el cansancio físico luego de su entrega ante Venezuela. Un nivel desconocido para él.

Gago (5): Fue el que mejor se acomodó en el medio, con mucha ubicación. Cuando tuvo la pelota la distribuyó con criterio, y en el final se adelantó varios metros para juntarse con Messi. En la segunda parte estuvo varios minutos desentendido del juego.

Rodríguez (3): Tuvo muy poca participación. No se mostró con su habitual despliegue y el equipo lo sintió. Ni siquiera pudo aportar algo en el aspecto defensivo, y como dejaba muchos espacios por la izquierda terminó perjudicando a Papa.

Messi (4): Su encuentro más flojo en mucho tiempo. Le faltó explosión, no tuvo movilidad y falló en lo que mejor sabe hacer: definir. En ese punto, perdió el duelo con el arquero en dos oportunidades, primero con un toque que desvió de gran forma Arias y luego al rematar al cuerpo del guardavalla.

Tevez (4): Se movió por todos los sectores del ataque, pero no pudo prevalecer ante los marcadores bolivianos. Cuando intentó desbordar por los costados, ganó y perdió en la misma proporción.

Di María (-): Se movió por la izquierda y desequilibró varias veces utilizando la gambeta, pero cuando parecía que podría aportar algo diferente, se hizo expulsar tontamente por una patada fuerte en la mitad de la cancha. Estuvo apenas siete minutos en la cancha.

Angeleri (-): Su cambio llamó la atención al ingresar por un volante (González). Para colmo, se ubicó como mediocampista por la derecha y estuvo perdido. Probó una vez al arco y la pelota se fue muy alta.

Montenegro (-): Jugó los últimos 15 minutos y trató de colaborar con Messi en los últimos metros. Casi descuenta con un tiro libre.