Desde Montevideo

La recepción hostil que tuvo la Selección Argentina en esta ciudad anticipa de alguna manera el clima que afrontará el equipo nacional hoy en el estadio Centenario. Todo empezó con un incidente en el aeropuerto de Carrasco, adonde la Selección llegó en vuelo charter, entre un periodista local y uno de los ayudantes de campo de Diego Maradona, Miguel Angel Lemme. Luego, al arribar al hotel de Punta Carreras donde pasaron la noche, fueron recibidos con abucheos e insultos por parte de unos 300 hinchas uruguayos, que calentaron la fría noche montevideana.

“Messi, muerto, volvete a España”, se escuchó. “Agüero comegordas”, le gritaron al delantero recordándole su relación con la hija menor de Maradona, entre puteadas y el monocorde grito de “Uruguay, Uruguay”. Los jugadores se metieron rápido en el hotel. De allí no saldrán hoy hasta después de la charla técnica y la merienda, para dirigirse al Centenario.

En Buenos Aires, antes de viajar, Maradona habló a solas con Lionel Messi. “Vos tenés que ser el emblema del equipo y nos jugamos muchas cosas. Con vos estando bien, vamos a salir adelante”, le dijo, respaldándolo. Luego habló con todos sus dirigidos, a quienes les repitió el pedido de un último esfuerzo. En esa práctica, Maradona terminó de definir el equipo que jugará hoy, un 4-4-2 con cuatro zagueros en el fondo, poder aéreo de juego y y la idea de esperar a los uruguayos para jugar de contragolpe.

A diferencia de Uruguay, que trabajó en doble turno y a la vista todos, la Argentina de Maradona solo tuvo una práctica ayer por la tarde, en la que el entrenador definió una defensa sin mucha proyección en ataque (Otamendi, Demichelis, Schiavi, Heinze), un medio sin un creador definido de juego (Jonás Gutiérrez por derecha, Mascherano, Verón como lanzador, Di María por izquierda), y la misma delantera que jugó contra Perú, Messi e Higuaín. Tal formación permite reconstruir la imagen que Maradona tiene del partido: una defensa cerrada sobre los ágiles Forlán y Suárez, y la pelota rápida saliendo del medio desde los pies de Verón para el despliegue de los delanteros.