“Independiente hizo méritos para ganar el título: algunos se acordaron tarde de ganar partidos...”, ironizó ayer el entrenador del campeón, Américo Gallego. “Contra Boca jugamos realmente mal –aceptó Gallego–, pero nunca pensé que el título se nos fuera a escapar; sólo me preocupé cuando se me empezaron a lesionar los jugadores”, explicó.
El entrenador contó que los dirigentes de Independiente fueron a contratarlo “para salir campeón; ‘están locos’, pensé yo. Pero hicimos un buen torneo”, juzgó. “Solo perdimos con un grande, con River, pero empatamos con Boca, le ganamos a Racing y a San Lorenzo... Méritos tuvimos, algunos se olvidan de eso”, insistió.
Gallego relató cómo fue armando el equipo. “Al principio era complicado, porque nos preocupaba más el descenso o la promoción –contó–. Pero cuando incorporamos jugadores importantes en la pretemporada me di cuenta de que íbamos a pelear el título.”
“Yo me preocupé mucho por los refuerzos: quería traer de Newell’s a Ponzio y a Manso pero (el presidente) López no quiso dármelos –relató Gallego–. Tampoco me dieron a Carboni, y entonces me acordé de Castagno Suárez. Yo lo veía grandote, pintón, potente.”
Gallego defendió al arquero Leo Díaz (“al principio me lo cuestionaron, pero desde hace seis fechas no dicen nada”) y reconoció que quería jugar con una línea de cuatro y un volante tapón, pero que se entusiasmó con Serrizuela y Domínguez (“dije ‘chau, estos van a jugar como brasileños’”).
El entrenador reveló cómo motivó a Insua: “Le pregunté cómo era posible que solo hiciera uno o dos goles por campeonato, cuando por la pegada que tenía podía hacer seis o siete. Y él empezó a sacrificarse más”. Luego elogió a Pusineri y a Milito: “Cuando pisa el área es medio gol”, dijo del primero; “fue uno de los más regulares del plantel”, afirmó sobre el zaguero.
“Yo quería un nueve de área con potencia, porque Silvera no estaba bien físicamente, pero después me sorprendió –aceptó el técnico–, y Montenegro había hecho un gran campeonato con Huracán, y con nosotros jugó bárbaro.”